Friday, November 27, 2009

REPORTAJE: ESPECIAL BICENTENARIO Historia

El legado de la libertad

John Lynch, biógrafo de Simón Bolívar y de José de San Martín, reivindica la figura de los dos grandes héroes de la independencia. "Ejercieron un liderazgo desinteresado, sin esperanzas de obtener privilegios, ambos fueron modélicos"
FERNANDO GUALDONI 28/11/2009
El País

Una legión de ordenanzas, desde la ciudad de Panamá hasta Tierra del Fuego, se afana en sacarle brillo a los miles de retratos de Simón Bolívar y José Francisco de San Martín que presiden las aulas, cuarteles y ministerios desde hace casi dos siglos. Son los rostros mitificados de los dos máximos libertadores de América del Sur que suelen compartir pared con Jesucristo crucificado. Son los héroes intocables. Aunque el legado de ambos se ha utilizado como al gobernante de turno le viniera mejor, sus vidas han estado por encima de todo, como si hubiesen sido sobrehumanos.

Ningún latinoamericano gusta de asumir que ambos libertadores acabaron su obra apesadumbrados. Los dos empezaron su lucha como auténticos republicanos y la terminaron coqueteando con la monarquía. Bolívar llegó incluso a redactar una Constitución vitalicia y con derecho a elegir sucesor. San Martín abandonó su Argentina natal y murió en el exilio en Francia, mientras que su par venezolano falleció enfermo en Colombia, poco después de que su sueño de una América unida se hubiera roto para siempre.

"San Martín y Bolívar pueden describirse como herederos del absolutismo ilustrado, ambos creían que la mejor forma de servir a la independencia era a través de gobiernos fuertes que impusieran el cambio social contra los intereses de los terratenientes", explica el prestigioso hispanoamericanista John Lynch. Para este profesor, "criticar a ambos por haber acabado sus vidas siendo absolutistas conservadores en vez de demócratas liberales es sacar las cosas de quicio. Ninguno de los dos podía satisfacer todos los intereses y no eran tan idealistas como para llevar a sus países hacia la destrucción en una vaga búsqueda de la igualdad. Tuvieron dudas legítimas sobre cuál era el nivel de libertad apropiado y hasta dónde los diferentes grupos opuestos podían actuar sin poner en peligro la propia existencia de los nuevos Estados. Respecto al ejercicio de un liderazgo desinteresado, sin esperanzas de obtener privilegios, ambos libertadores fueron modélicos".

El profesor Lynch, de 82 años, declinó la oferta de hacer una entrevista en Londres por problemas de salud y prefirió hablar sobre las independencias hispanoamericanas desde su ordenador. A través del ciberespacio, el director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Londres -hoy Instituto de las Américas- desde 1974 a 1987 reflexiona sobre los acontecimientos de hace 200 años y cómo éstos aún marcan la vida de los hispanoamericanos. Es un ir y venir de preguntas que podría prolongarse infinitamente.

Lynch conoce la vida de los libertadores como pocos. En 2006 publicó la biografía de Bolívar y hace sólo unos meses la de San Martín (Yapeyú, 1778-Francia, 1850), las dos en la editorial Crítica. No sólo relata sus vidas, sino que contextualiza minuciosamente sus decisiones. Desde la grandeza hasta las intrigas y la rivalidad que pudo haber entre los dos... Todo está en esos textos. En las biografías aprovecha para poner en primer plano y con lujo de detalles la sociedad hispanoamericana de la primera mitad del siglo XIX. Son el complemento de otros dos textos clave de Lynch para entender la construcción de los nuevos Estados: Las revoluciones hispanoamericanas, 1808- 1826 (Ariel, 1989) y Caudillos en Hispanoamérica, 1800-1850 (Mapfre, 1993).

Bolívar, nacido en Caracas el 24 de julio de 1783, era hijo de un terrateniente y comerciante criollo de buena posición. La familia llegó a solicitar un título nobiliario cuya tramitación nunca se concretó. El joven Simón se educó en su tierra natal, pero su fortuna le permitió, siendo aún adolescente, viajar a Europa. Contrajo matrimonio a los 19 años con María Teresa Rodríguez del Toro en Madrid. Ella murió menos de dos años después de fiebre amarilla y él nunca volvió a casarse. Dedicó su vida a conjugar la política, la diplomacia y la guerra.

El 25 de febrero de 1778 nació San Martín en Yapeyú, hoy provincia de Corrientes, Argentina. Allí estaba destinado su padre, un militar palentino, para administrar los bienes que habían dejado los jesuitas tras su expulsión. A los siete años regresó a España y con apenas 11 se enroló en el Regimiento de Murcia. Combatió en Melilla y Orán y contra los franceses en Bailén. Renunció al Ejército español en 1811.

Por entonces, tanto Bolívar como San Martín supieron advertir la debilidad de España como potencia imperial y la importancia de Gran Bretaña como aliado. Bolívar, asegura, Lynch, valoró que Londres "proporcionaba a Hispanoamérica la protección que ésta necesitaba: la Marina británica, en pos de los intereses británicos [sobre todo comerciales], impediría cualquier agresión europea en las Américas".

"Las crecientes demandas económicas de las colonias españolas son un aspecto importante de la independencia y San Martín y Bolívar fueron conscientes de ello. Sin embargo, ésta no es la explicación fundamental de la crisis. El Gobierno de los Borbones cambió el carácter del Estado colonial y el ejercicio del poder en América. Carlos III y sus ministros sabían menos de la América española que los historiadores modernos. Los datos los tenían. Los informes de las capitales virreinales ya habían empezado a registrarse en el Archivo de Indias. Pero nadie los leía o, si lo hacían, no los entendían. El pasado fue ignorado, hasta repudiado. El reinado de los Habsburgo se había relacionado con sus colonias a través del consenso y, desde 1650 hasta 1750, había permitido a los criollos tener acceso a la burocracia y los negocios. Los americanos desarrollaron un mercado interior pujante", explica el historiador.

"Pero, a partir de 1750, los Borbones decidieron poner fin a esta anomalía y volver a los tiempos en que se degradaba a los criollos. El objetivo era restaurar la grandeza imperial de España, y al hacerlo, alienar a la élite criolla que vio cómo el Gobierno y la economía de América pasaba a manos exclusivas de los españoles peninsulares", recuerda el hispanoamericanista. "Esta deconstrucción del Estado criollo, este proceso de desamericanización de América, fue el disparador de las revoluciones por la independencia. Fue este absolutismo colonial el que generó los movimientos de resistencia que acabaron dirigiendo San Martín y Bolívar".

Los libertadores estuvieron a punto de encontrarse a finales de 1811 en Londres, pero San Martín llegó poco después de que Bolívar y otro venezolano, Francisco de Miranda, marcharan a América a impulsar el movimiento independentista. Miranda, considerado por muchos historiadores el padre de la emancipación americana, fue más tarde acusado por Bolívar de traidor a la causa y entregado por éste al Ejército español. El militar, que había luchado en la Revolución Francesa y la independencia de Estados Unidos, murió enfermo en una prisión de Cádiz en 1816. Más de un estudioso ha interpretado que Bolívar traicionó a Miranda para ser la única cabeza del movimiento revolucionario.

En 1822 en Guayaquil, tras el único encuentro que mantuvieron los dos libertadores, San Martín también se marchó con la sospecha de que Bolívar le había negado el apoyo militar necesario para acabar en Perú la guerra contra España con el fin de convertirse en el único héroe de la gesta. "San Martín nunca pudo explicarse a sí mismo o a otros las razones de la negativa. Es plausible creer que Bolívar quiso quedarse con toda la gloria", reconoce Lynch. Dos años más tarde, el mariscal Antonio José de Sucre, el oficial favorito de Bolívar, libró en Ayacucho la última batalla por la independencia.

Mucho antes de la victoria final sobre el Ejército español, San Martín y Bolívar se habían dado cuenta de que las luchas intestinas por el poder en América del Sur iban a ser un peligro mucho mayor que la Corona. El general argentino armó el Ejército de los Andes, cruzó la cordillera para emancipar Chile con escasa ayuda de Buenos Aires y se embarcó para liberar Perú desobedeciendo órdenes del Gobierno porteño, mientras que el venezolano vio cuestionada su autoridad por los dirigentes locales en varias ocasiones. Llegó a sofocar sin piedad una revuelta de los mestizos encabezada por Manuel Piar, un general muy cercano al libertador.

"El caudillismo es la forma primitiva de la dictadura moderna y no deriva del colonialismo español. España gobernaba América Latina a través de las instituciones tradicionales de la propia monarquía -virreyes, gobernadores, audiencias-, no a través de los caudillos. Pero el derrumbe de los Borbones en 1808 dejó un vacío de poder en América que los líderes locales se apresuraron a llenar", reflexiona Lynch. "El caudillismo es, pues, un producto de las guerras de independencia, cuando los líderes regionales pudieron reunir los hombres y los recursos y, a través de ellos, ejercer el poder y el clientelismo político. Tras la independencia el caudillismo continuó desarrollándose, aunque no de forma ininterrumpida. La dictadura de Rosas en Argentina y más tarde el Gobierno de Perón tenían sus señas: absolutismo, exclusivismo y abuso del patronazgo. Estadistas como San Martín y Bolívar no fueron caudillos. Ellos no tuvieron una base económica personal o de fortaleza social para alzarse como tales".

A menudo, cuenta el profesor, se le pregunta si Hugo Chávez, que ha cambiado el nombre de su país por el de República Bolivariana de Venezuela, puede invocar a Bolívar como modelo. "Para responder menciono tres cuestiones: en primer lugar, se llama a sí mismo un "revolucionario bolivariano" y habla de establecer un Estado socialista. Bolívar nunca promovió una revolución social ni pretendió hacerlo. La redistribución de la tierra, la igualdad racial, la abolición de la esclavitud, los decretos a favor de los indios eran las políticas de un reformista, no de un revolucionario. Bolívar era demasiado realista para creer que podía cambiar la estructura de la sociedad de América del Sur por la imposición de leyes o políticas inaceptables para los principales grupos de interés. La segunda cuestión se refiere a las relaciones internacionales. Bolívar cultivó el apoyo de las grandes potencias, no de los países marginales. Mantuvo cierto recelo hacia Estados Unidos pero admiraba cómo este país había encarnado los ideales de igualdad y libertad. Fue deferente hacia el poder imperial de Gran Bretaña. El comercio y las inversiones británicas los vio como un beneficio, no como una amenaza. La tercera cuestión es tal vez la única que le da la razón a Chávez. Una de las ideas más controvertidas de Bolívar era que los presidentes debían servir de por vida y tener el poder de nombrar a su sucesor. Y el historial de Chávez muestra que él siempre está hambriento de poder".

El argentino Juan Manuel de Rosas, el venezolano José Antonio Páez, el mexicano Antonio López de Santa Anna o el guatemalteco Rafael Carrera, entre otros, fueron los precursores de un modelo de gobierno que ha perdurado en América Latina, un sistema personalista sustentado en la relación patrón-cliente. "La figura del caudillo, que normalmente procedía de una base de poder regional, supuso uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de las naciones. La soberanía personal destruía las constituciones. El caudillo se convirtió en el Estado y el Estado en propiedad del caudillo. Paradójicamente, los caudillos también pudieron actuar como defensores de los intereses nacionales contra las incursiones territoriales, las presiones económicas y otras amenazas externas, fomentando, asimismo, la unidad de sus pueblos y elevando el grado de conciencia nacional. Los caudillos eran representantes y a la vez enemigos del Estado-nación", aclara Lynch. "La historia de las dictaduras no constituye toda la historia de Latinoamérica. Pero aun en los regímenes constitucionales quedaron rastros del pasado. Desde el caudillismo primitivo, pasando por la dictadura oligárquica, hasta los líderes populistas, la tradición del caudillo fue dejando huella en el proceso político. Quizás la cualidad más importante de los caudillos, que les sirvió para sobrevivir a los avatares de la historia, haya sido el personalismo, descrito por un historiador como la sustitución de las ideologías por el prestigio personal del jefe".

Los libertadores fueron capaces de advertir muchos de los males que azotarían a la región en los años venideros. En su carta de despedida del pueblo peruano, San Martín alertó sobre el peligro de los golpes de Estado: "Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos. La presencia de un militar afortunado por más desprendimiento que tenga es temible a los Estados que de nuevo se constituyen...", escribió el 30 de septiembre de 1822. Esa misma noche se embarcó rumbo al exilio.

Simón Bolívar plasmó su decepción en noviembre de 1830 en una carta al general Flores, el primer presidente del flamante Ecuador: "Usted sabe que he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1. La América es ingobernable para nosotros. 2. El que sirve a una revolución ara en el mar. 3. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4. Este país caerá infaliblemente en manos de una multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas...".

A pesar del desencanto, John Lynch acaba las dos biografías convencido de que ambos libertadores fueron hombres tenaces que llevaron sus ideales hasta las últimas consecuencias. Tal vez acabaron sus vidas con cierto sabor amargo, pero convencidos de su obra. Ambos primaron los intereses americanos frente a los de sus países y los suyos propios. San Martín nunca pretendió una unión regional. No ignoró las diferencias entre Argentina, Chile y Perú; y las asumió con el mayor pragmatismo. Bolívar sí mantuvo durante 12 años su sueño de la Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador juntos). Y aun quebrado su proyecto, preservó la ilusión de una América libre e igualitaria hasta el último aliento.

"En la víspera de los bicentenarios de las independencias", reflexiona Lynch, "España puede argumentar que su imperio en América no fue malvado. Hay muchas cosas de las cuales puede enorgullecerse: la organización de las instituciones, el desarrollo económico y la educación de los pueblos, entre otras cosas. El descontento de los criollos que generó el movimiento independentista no fue el resultado de tres siglos de opresión despiadada, sino una reacción a la política de los Borbones hacia la región y a los acontecimientos de 1808".

Gritos de independencia

El primer levantamiento independentista se produce en Charcas, hoy Sucre, en Bolivia el 25 de mayo de 1809. A su vez en todo el continente, para evitar una confrontación militar, los patriotas hispanoamericanos propusieron una fórmula de transición basada en traspasar la autoridad política a los cabildos capitalinos transformados en Cabildos Abiertos, y éstos en Juntas de Gobierno regionales, elegidas por el pueblo, y consideradas como la máxima autoridad. Uno de los primeros en poner en marcha estos cabildos autogestionados fue México (que proclamó la independencia en 1813). La instauración de estos Cabildos, primer paso para la independencia, fue la siguiente: Caracas el 18 de abril de 1810 (con la independencia sellada tras una batalla el 24 de mayo de 1821), virreinato de Río de la Plata con el cabildo de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810 (independencia definitiva en 1816), virreinato de la Nueva Granada con el cabildo de Santafé de Bogotá el 20 de julio de 1810 (independencia definitiva de Colombia en 1819), Capitanía General de Chile con el cabildo de Santiago de Chile el 18 de septiembre de 1810 (independencia definitiva 1818) y Quito el 19 de septiembre de 1810 (Guayaquil proclama la independencia en 1820 y Quito en 1822). -

San Martín. Soldado argentino, héroe americano. John Lynch. Traducción de Alejandra Chaparro. Crítica. Barcelona, 2009. 416 páginas. 28 euros.

Sunday, November 22, 2009

Clarín / Domingo, 22 de noviembre de 2009

CINE › EL PREESTRENO DE AWKA LIWEN, DE KRISTINA HILLE Y MARIANO AIELLO

Historia que no cuentan los que ganan

Con guión de los directores y Osvaldo Bayer, el film exhibido en la Biblioteca Nacional pone al descubierto el modo en que los terratenientes arrasaron con los pueblos originarios. Habrá una versión para distribuir en escuelas.
Por Facundo García

La premisa es sencilla: un defensor de la verdad repasa el conflicto más invisibilizado por las clases dominantes de la Argentina a través de un documental de una hora y media. Awka Liwén –“rebelde amanecer”, en mapuche– se puede resumir en esa idea, pero es más que eso. Osvaldo Bayer se pone al hombro la tarea de desglosar las trapisondas que la oligarquía ha sembrado sobre el campo y sus habitantes en los últimos doscientos años, incluyendo la reciente rebelión de los empresarios agropecuarios. Lo acompañan los directores Kristina Hille y Mariano Aiello, que trabajan desde hace años en distintas iniciativas para defender los derechos de los pueblos originarios. Si todo avanza según el cronograma, la cinta se estrenará en marzo de 2010. Y a juzgar por lo que se vio en el preestreno del viernes en la Biblioteca Nacional, va a dar muchísimo que hablar. (sigue)

Monday, November 16, 2009

Salió otro número de Istor. Se pueden ver los números anteriores, muy buenos, aquí.

Presentación

Dossier

Patrice Gueniffey. Un año antes: Napoleón en España, 1808

Frédéric Hitzel. Estambul y sus revoluciones: camino hacia la modernidad

Claude Markovits. Calcuta y el mundo

Ruth de Llobet. El poeta, el regidor y la amante: Manila y la emergencia de una identidad criolla filipina

Notas y diálogos

María Paz Amaro. William Blake: la exposición de 1809

Gerardo Piña. William Blake, profeta en la tierra

Ventana al mundo

Valeria Luiselli. Mancha de agua

David Miklos. Ser triestino: Claudio Magris, 70 años remontando el Danubio

Coincidencias y divergencias

Carl W. Ernst. ¿El Occidente y el Islam? Repensar el orientalismo y el occidentalismo

Textos recobrados

G. C. Coulton, et. al. Sobre l’ abbé Jacques-Paul Migne

Coronel Thomas Roig. Informe sobre los indios organizados en pueblos colindantes con Sinaloa, sierras de Álica y Huajicori, 1866

Teniente-coronel D’Albici. 1866, La Laguna, México: carta al general Castagny

Uso de la historia

Jean Meyer. La Historia y sus lecciones

in memoriam

Adolfo Castañón. Oración fúnebre por Alejandro Rossi (1932-2009)

Reseñas

Orlando Figes, The Whisperers, Private Life in Stalin’s Russia (José Manuel Prieto)

Tomás Pérez Vejo, España en el debate público mexicano, 1836-1867: aportaciones para una historia de la nación (Emilio de Antuñano)

Stuart B. Schwartz, All Can Be Saved. Religious Tolerance and Salvation in the Iberian Atlantic World (Jean Meyer)

Varios autores, Colección Para entender (David Miklos)

Wednesday, November 11, 2009

11 de noviembre 2009

Familiares del caso Chaupiorcco darán sepultura a sus seres queridos

Escribe: Los Andes/Nacional - 19:24h

En un acto sin precedentes para la región Apurímac, el Ministerio Público entregará este viernes 13 de noviembre, los restos de cinco personas que fueron asesinadas y desaparecidas por efectivos militares en Aymaraes, en enero de 1988.

Los restos de las víctimas fueron encontradas una fosa común ubicada en el lugar denominado Chaupiorcco, en la provincia apurimeña de Aymaraes. En dicha diligencia, realizada el 13 de diciembre de 2004, se encontraron restos óseos humanos que fueron enviados a Lima para el examen de ADN. Así se logró identificar a Armando Huamantingo Villanueva, Manuel Niño de Guzmán Ayvar, Juan Pablo Carbajal Hurtado, María Elena Zavala Cayllahua y Simona Pérez Tapia.

El viernes 13 de noviembre, también se llevará a cabo una ceremonia de reconocimiento en memoria de las víctimas de Chaupiorcco, en el Auditorio del Gobierno Regional de Apurímac. El acto espera contar con autoridades regionales y locales, además de la participación de organizaciones sociales y población en general. El velatorio de los restos de las cinco víctimas se realizará en las instalaciones del Club Unión de Abancay.

Por la tarde del día sábado 14 de noviembre los restos serán llevados a la Catedral de Abancay, donde se ofrecerá una misa de honras, para luego ser trasladados y sepultados en el Cementerio General de Abancay, lugar donde se construyó un mausoleo para las víctimas, como lugar de memoria.

ANTECEDENTES DE LA MATANZA EN AYMARAES

El 23 de Septiembre de 1987, durante el primer gobierno de Alan García, se decretó estado de emergencia en la provincia de Aymaraes como parte de la estrategia contra la subversión. En noviembre del mismo año las fuerzas armadas tomaron el control de esa zona, así como en Abancay, Andahuaylas y Grau.

Un año después, en septiembre de 1988, el estado de emergencia se extendió a todo el departamento de Apurímac. Así, por primera vez se instalaron cuarteles militares en las provincias de Abancay, Aymaraes y Cotabambas.

En la provincia de Aymaraes, el Ejército Peruano instaló cinco bases militares ubicadas en los centros poblados de Santa Rosa, Capaya, Chalhuanca, Quilcaccasa y Cotaruse, desde donde salían regularmente patrullas militares a realizar visitas a las comunidades campesinas de la zona. Desde estas instalaciones militares se ejerció un fuerte control sobre la población y las autoridades civiles y políticas de la zona.

Según diversos testimonios, el 10 y 12 de enero de 1988 una patrulla del Ejército Peruano detuvo a trece personas en la comunidad de Checcasa, distrito de Justo Apu Sahuaraura, a quienes sometió a múltiples torturas. El 13 de enero, la misma patrulla detuvo a tres personas más en la comunidad de Socco, distrito de Tapayrihua. Por la noche, mientras los detenidos eran trasladados a la Base Militar de Santa Rosa, se les dividió en dos grupos. Luego que el primer grupo cruzara el túnel de Huayquipa, los miembros del segundo grupo oyeron disparos y gritos, según el testimonio del único sobreviviente que consiguió huir esa fatídica noche. Lo último que supo del segundo grupo es que fue trasladado a la Base Militar de Santa Rosa.

A la fecha existe una denuncia ante el Ministerio Publico de Abancay sobre la desaparición forzada de 38 personas y otros delitos presuntamente perpetrados por el personal militar del Ejército Peruano ubicado en las bases militares de Santa Rosa y Capaya, que son objeto de investigación.

Desapariciones en la base militar de Santa Rosa

La Comisión de la Verdad y Reconciliación ha establecido que miembros del Ejército Peruano destacados en la Base Militar de Santa Rosa, Apurímac, cometieron graves violaciones de los derechos humanos de 17 pobladores de las comunidades de Checcasa, Sallalli, Amoca e Ihuayllo. Dichas personas fueron detenidas arbitrariamente y hasta la fecha continúan en condición de desaparecidas.

Hechos

El 17 de diciembre de 1987, una patrulla del Ejército Peruano partió de la Base Militar de Santa Rosa para realizar una operación destinada a capturar a mandos senderistas e incautar armamento empleado por el PCP-Sendero Luminoso, en la comunidad de Checcasa (Justo Apu Sahuaraura, Aymaraes).

Al llegar al lugar, los militares detuvieron a Jorge Sergio Ayvar Huamaní (28 años), Magdalena Bazán Huamaní (45 años) y Juan Esperanza Ayvar (45 años), y los condujeron a dicha base. Transcurrido un breve lapso, fueron liberados y se les encargó informar a un conjunto de personas -cuyos nombres aparecían en un listado-, sospechosas de pertenecer a Sendero Luminoso. Ellas debían presentarse en la mencionada dependencia militar.

Ayvar Huamaní, Bazán Huamaní y Esperanza Ayvar no acudieron la citación. Así, los días 28 y 29 de diciembre de 1987, una patrulla militar volvió a Checcasa y los detuvo, por segunda vez, obligándolos a abordar un camión del Ejército. El primero de los nombrados continúa en condición de desaparecido, los otros dos fueron liberados al poco tiempo.

Entre el 8 y el 13 de enero de 1988, se desarrolló un nuevo patrullaje militar también motivado por el objetivo de encontrar sediciosos y decomisar armas. El destino principal de este operativo, nuevamente, era Checcasa. Aquí serían detenidas siete personas más. Un comunero, quien fue testigo presencial del patrullaje desarrollado en esos días, logró sobrevivir al cautiverio pues escapó de vigilancia de los soldados y su testimonio coincide plenamente con las versiones brindadas por cada una de las personas que observaron los diversos hechos narrados en este caso.

El 8 de enero, un grupo de efectivos militares salió de la base de Santa Rosa con rumbo a la mencionada comunidad, sin embargo, antes de llegar a su destino, ingresó al poblado de Socco y detuvo a Simona Pérez Tapia (26 años), Leandro Pareja Salinas (26 años) y Santos Salinas Chávez (42 años). Las tres personas fueron llevadas a la base en un camión del Ejército y, hasta la fecha no se ha logrado determinar su ubicación.

Durante la madrugada del 11 de enero, los militares se dirigieron a la cabaña de los esposos Juan Pablo Carbajal Hurtado (43 años) y María Elena Zavala Cayllahua (28 años). En esa vivienda pensaban encontrar las armas que demostrarían la militancia senderista de los comuneros de Checcasa. Carbajal Hurtado y Zavala Cayllahua fueron cruelmente torturados. En estas circunstancias, uno de los torturados habría sindicado a Manuel Niño de Guzmán, habitante de Sallalli, como la persona que escondía las armas.

Ese mismo día, Armando Huamantingo Villanueva (40 años), vecino de la comunidad de Amoca, fue detenido en La Base. Huamantingo acudió a dicha dependencia castrense al enterarse que su nombre se encontraba en una lista de presuntos subversivos que los militares intentaban hallar. Su esposa Matiasa Huashua Huamaní y tres de sus cinco hijos presenciaron su ingreso al lugar. No se volvió a tener noticias sobre su paradero.

También el 11 de enero, la patrulla partió hacia Sallalli en busca de Manuel Niño de Guzmán. En el camino se encontró con Fermín Gonzales Arbieto (48 años) quien fue detenido por portar un cuchillo. Las explicaciones de Gonzales Arbieto no fueron escuchadas por sus captores.

Los miembros de la familia Niño de Guzmán refirieron que la pequeña Luisa Ayvar Niño de Guzmán (6 meses) habría sido llevada a la Base Santa Rosa, donde se produjo su desaparición. Cabe acotar que pobladores del distrito de Santa Rosa indicaron que, desde el 14 de enero de 1988, los soldados de la Base militar instalada en el lugar empezaron a ofrecer a una niña en adopción.

El 14 de enero de 1988, Ramiro Niño de Guzmán Ayvar se presentó en la Base de Santa Rosa para exigir la libertad de sus familiares Manuel Niño de Guzmán Ayvar, Matilde Niño de Guzmán, Luisa Ayvar Niño de Guzmán, Rosa Niño de Guzmán Ayvar y Rosa Velásquez Marca. Inmediatamente fue detenido y obligado a ingresar a dicho establecimiento militar, donde fue sometido a torturas y posteriormente liberado gracias a una oportuna intervención del Comité de Derechos Humanos de Abancay.

En tanto, el 3 de febrero de 1988, en el centro poblado menor de Casinchihua (Pichirhua, Abancay), se halló el cadáver decapitado de una mujer que Ramiro Niño de Guzmán identificó como el cuerpo de su hermana Matilde. El cuerpo mostraba evidencias de tortura.

Pese a la identificación del cadáver, se prohibió su entrega a los familiares y se inhumó en una fosa común del cementerio de Condebamba, Abancay.

Exhumaciones en Chaupiorcco

El 13 de diciembre de 2004, en la zona de Chaupiorcco, distrito de Chapimarca, provincia de Aymaraes, se ubicó una fosa común en la cual se constató existían restos óseos humanos. Los restos fueron enviados a Lima para el respectivo examen de ADN y de Fibrina. En dicha ocasión, el Equipo de Antropología Forense (EPAF), actuó como perito de parte de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), representante legal de los familiares. Así, logró identificarse a Armando Huamantingo Villanueva, Manuel Niño de Guzmán Ayvar, Juan Pablo Carbajal Hurtado, María Elena Zavala Cayllahua y Simona Pérez Tapia.

En la actualidad, con el apoyo de la Defensoría del Pueblo de Abancay y la Municipalidad Provincial de Abancay, se ha logrado la donación de un terreno por parte de la Beneficencia Publica de Abancay en el Cementerio General de Condebamba, Abancay. Asimismo, gracias a las acciones de incidencia, se ha logrado el compromiso por parte del Gobierno Regional de Apurímac, de construir un mausoleo para las víctimas de la violencia política, como lugar de memoria.

Asimismo se vienen realizando coordinaciones con la Fiscalía a cargo de las investigaciones para que, tras haber permanecido en calidad de desaparecidos durante más de dos décadas, se haga la entrega de los restos identificados a los familiares. Gracias a ello le podrán dar cristiana sepultura, de acuerdo a sus costumbres y tradiciones.

Veinte años después de los lamentables sucesos que enlutaron a las comunidades Socco, Amoca, Checcasa y Sallalli, de la provincia de Aymaraes, los familiares de las víctimas no descansan hasta alcanzar la tan anhelada justicia. A la fecha, el caso se encuentra en investigación en el Ministerio Publico de Abancay.

Monday, November 09, 2009

Diario Los Andes


Escribe: René Calsín Anco.
Cultural - 04 nov 2009

El período de mayor trascendencia de la hoy capital de la región Puno, es aquel que comprende desde el surgimiento del pueblo de Puñuy hasta la obtención del título de ciudad; porque en el decurso de esos siglos, Puno, de aldea se convirtió en pueblo, luego en capital de corregimiento y posteriormente en capital de intendencia. (sigue)

Wednesday, November 04, 2009

Bueno, también empezaré a reunir notas, etc. sobre la izquierda peruana.

La república

Izquierda Unida: 20 años atrás
Mié, 04/11/2009 - 00:00
Por: Antonio Zapata

En 1989 se dividió Izquierda Unida y comenzaron sus desastres electorales. Sin embargo, en la contienda anterior a su ruptura, las municipales de 1986, la IU había obtenido un tercio del voto y algo más de cincuenta alcaldías provinciales. No obstante perder Lima, esas municipales fueron el mejor resultado histórico de las izquierdas, habiendo tejido una red nacional de autoridades locales que presagiaban nuevos triunfos hasta alcanzar la presidencia. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo se desmoronó la izquierda y por qué no ha vuelto a recuperarse?

La Izquierda Unida nació de la derrota en las presidenciales de 1980, cuando la división en cinco candidaturas izquierdistas mermó notablemente el caudal electoral obtenido en la constituyente de 1978. Hubo una autocrítica limitada, no se superó la desconfianza y los partidos de izquierda formaron una coalición laxa, que permitía la continuidad de las partes. El acuerdo era para candidatear juntos, pero cada uno mantuvo su coto de caza en sus respectivas áreas de influencia social. Es más, en sentido estricto, tampoco se competía juntos, porque el voto preferencial permitía que cada partido se preocupara sólo de sus propios candidatos, con notable prescindencia del frente.

Así, la unidad de las izquierdas era una ficción, cada grupo seguía buscando su propio liderazgo. Por otro lado, con Alfonso Barrantes a la cabeza, algunos habían asumido la democracia, mientras que el resto continuaba en la ilusión y pasión revolucionaria. Las tensiones internas fueron fuertes y se agudizaron con el triunfo de Alan García en 1985. Barrantes creyó indispensable un entendimiento con el APRA y trató de empujar al entonces joven presidente hacia la izquierda. Por su lado, el ala radical prefirió un perfil de neto opositor. Como resultado, los líderes izquierdistas se anularon unos a otros; aparecían como figuras rivales con proyectos distintos.

La coalición se desmoronó cuando no pudo enfrentar el desafío de la lucha armada. Sendero sorprendió e inicialmente la izquierda negó los hechos. Pero, luego tuvo que asumir. Era evidente que SL estaba batiendo el campo, asesinando autoridades y dirigentes entre los que se encontraban algunos izquierdistas.

Pronto hubo un foso de sangre. Pero Sendero obligó a militarizar el país y las FFAA no comprendieron las diferencias entre comunistas. Les pareció que IU era el brazo legal de Sendero. En consecuencia, el ambiente se enrareció notablemente y se comprimió la legalidad. La IU acabó atrapada entre dos contendientes mayores que la trituraban.

La situación terminó de complicarse con el ingreso del MRTA a la lucha armada. Ahora no era un pariente lejano y despreciado, sino los queridos primos hermanos. Su lucha obligó a la ambigüedad. No se los podía condenar del todo, menos con un ejército que amenazaba con tragarse vivos a quienes actuaban en democracia.

Por otro lado, las izquierdas no comprendimos el cambio de sentido común. La gente dejó de creer en el Estado como solución y más bien lo identificó con la raíz del problema. Estaba triunfando el liberalismo y las izquierdas reiteramos un discurso estatista, sin sentido para las nuevas juventudes. Finalmente, quedamos asociados al Estado y a la lucha armada por conseguirlo.

Por el contrario, la gente aspiraba a menos Estado y rechazaba la violencia. La consecuencia fue el derrumbe electoral de una coalición que solo existía para las urnas. No se recupera porque los líderes izquierdistas no procesaron una autocrítica razonable ni tampoco emprendieron una renovación generacional.

Monday, November 02, 2009


Publicado por Anaclet Pons en Noviembre 2, 2009

El portal La vie des idees tradujo hace unas semanas una entrevista realizada a E.H. Hobsbawm el pasado mes de abril.

La Vie des Idées: En su calidad de intelectual comprometido, ha conocido a lo largo de su vida muchas situaciones de crisis y de revueltas populares. Usted estaba en España durante la Guerra Civil, ha observado los movimientos sociales en España e Italia en la década de 1950 y estaba en la década de 1960 en Cuba cuando la guerrilla revolucionaria. ¿Influyeron estos acontecimientos en sus primeras investigaciones sobre los rebeldes; cómo?

Eric Hobsbawm: obviamente me influyó la experiencia del tiempo que me tocó vivir, incluso en la elección de temas de investigación. Es evidente que alguien cuya politización se produjo en la Alemania de la Gran Depresión y que llegó poco después a Inglaterra para asistir a las marchas contra el hambre o a la movilización de los desempleados no puede sino desarrollar interés por estas cuestiones.

También quiero añadir que cuando me uní al ejército, serví en una unidad de reclutas de la clase obrera. Aprendí mucho de la experiencia vital de mis compañeros. Pero realmente escogí mis investigaciones en la década de 1950 a partir lo que había aprendido en mis viajes y de mis esfuerzos por repensar mis inclinaciones políticas. Como traté de explicar en mi autobiografía, también procede en gran medida de mi descubrimiento de la naturaleza de la política popular de la Italia de los cincuenta. De ahí mi interés por el pensamiento y la práctica políticas de personas que aún no habían adquirido el vocabulario moderno de la acción política, con su su sintaxis y gramática, sus instituciones y sus formas, pero que tenían su propia forma de expresar sus aspiraciones, de luchar, de protestar y de tratar de que tuvieran éxito. Empecé a pedirles a mis amigos italianos que me aconsejaran algunas lecturas, por ejemplo el estudio de Benedetto Croce dedicado a la política napolitana. Otros temas similares me llamaron la atención. Fue así como comencé a escribir mis primeros estudios sobre la política “prepolítica”. (sigue)

Sunday, November 01, 2009

Un excelente hallazgo!!!

Anne Pertin - Dumon

El Género en Historia

Introducción
Este libro est concebido como un instrumento de informacin y reflexin sobre lo que llamamos gnero en historia. Con estos trminos, se designa una perspectiva sobre el pasado que se ha afirmado en el ltimo tercio del siglo XX, las investigaciones que sta ha estimulado y las herramientas conceptuales que ella ha elaborado en ese caminar. La premisa de este nuevo campo es simple: en el estudio del pasado, debemos dedicar igual consideracin a hombres y mujeres y considerar como una variable significante lo que ocurre entre ellos.

El gnero en historia comprende tres partes tituladas respectivamente Hitos y premisas, Antologa de trabajos y fuentes y Lecciones y promesas en Chile.

Hitos y premisas parte de un hecho: las mujeres y lo que les concierne son parte integrante de la historia, los hombres no contribuyen a ello sino como la otra mitad y, por consiguiente, lo que relaciona a hombres y mujeres y los diferencia socialmente -el gnero- es la trama de una historia humana; todo esto esta convirtindose en un axioma de la investigacin histrica. Entindase: algo que se puede postular sin tener que retomar toda una argumentacin y reiterar punto por punto el planteamiento que nos ha conducido a l.

Por qu dicho axioma? Cmo llegamos a l? Para qu sirve? Son stas las preguntas que nos ocuparn en la primera parte de este libro. No para reformularlas sino para sugerir las respuestas que se han aportado en nuestra disciplina. Ahora bien: evocar en algunas pginas cambios considerables podra dar la impresin de que estamos hablando de una evolucin cumplida cabalmente con el propsito de hacer el balance. Hemos buscado, ms bien, destacar los vectores de un modo de escribir la historia que lentamente se est convirtiendo en mancha de aceite (y se extender hacia nuevas direcciones a medida que vaya afirmndose). Sabiendo que cada comunidad de historiadores hace su camino al ritmo de su sociedad y partiendo de su tradicin intelectual. Sabiendo adems que elaborar un corpus de trabajos que tenga el rigor y amplitud de mira necesarios para insuflar una nueva perspectiva requiere tiempo.

Dentro de estos lmites, los cinco captulos que componen la primera parte proponen volver a andar el camino recorrido durante los ltimos treinta aos en el mundo occidental. Para marcar etapas de cuestionamientos propios a la disciplina histrica y modos de intercambio entre sta y las dems ciencias humanas. Quisiramos por otra parte contribuir a familiarizar los conceptos que balizan la historia del gnero, ayudar a utilizarlos en conciencia, recapitulando las operaciones cognitivas que recubren.

El captulo I sita un tiempo de cambios, gatillado por lo que se llam el movimiento de las mujeres, bosqueja, a grandes rasgos, sus repercusiones en las ciencias humanas. Lo ocurrido en el mbito de la historia ser materia de los dems captulos. Los captulos II, III y IV describen la formulacin de tres problemticas sucesivas, encadenadas en una secuencia. Con el propsito de proponer referencias cronolgicas y adoptar de una vez por todas una apelacin, nos referimos a: la historia de las mujeres en 1970, el concepto de gnero en 1980, la masculinidad en historia en 1990. El captulo V adopta un enfoque funcional del gnero: una perspectiva sobre el pasado e instrumento de anlisis que incorpora las nociones de relacin, diferencia e identidad.

Antologa de trabajos y fuentes. La segunda parte de este libro invita a aprender de historiadoras e historiadores, a sacar provecho del rigor e imaginacin que ellos y ellas han desplegado para abrir un nuevo camino. Sus obras entregan ejemplos de enfoques y elementos de reflexin a quien busca dar la misma consideracin a las mujeres y los hombres en el estudio de los procesos, o hacer de las relaciones y diferencias entre ellos el eje central de sus investigaciones. Con el fin de mostrar los recursos, a menudo insospechados, de trabajos bien hechos, hemos incluido en la antologa textos cuyos autores no han enunciado, ni siquiera contemplado explcitamente, las premisas de una historia del gnero. Hemos querido presentar diversas tradiciones historiogrficas: la antologa rene catorce autores latinoamericanos, seis norteamericanos, nueve europeos, dos africanos y un australiano. La antologa comporta asimismo algunas fuentes de archivos (algunas de las cuales, a primera vista, parecern speras o austeras, debido al tiempo transcurrido desde que fueron escritas).

En el primer captulo de la antologa se encuentran reunidos doce textos que pueden ser calificados de fundacionales desde el punto de vista de la historiografa. Los textos reproducidos en los captulos siguientes conciernen a temas y pocas determinados del mundo occidental y abarcan en su conjunto desde la Antigedad hasta el Siglo XX. Su distribucin ilustra las acepciones que la historia y las otras ciencias humanas dan, en lneas generales, al concepto de gnero: relaciones entre hombre y mujer (cap. II), diferencias entre hombre y mujer (cap. III), identidad social (cap. IV) y organizacin social en el plano prctico o simblico (cap. V).

Lecciones y promesas en Chile. La tercera parte de este libro nos lleva a ingresar a un taller de historia, no muy grande, recientemente abierto, pero bullidor. Propone dar cuenta de inicios muy alentadores en materia de enseanza e investigacin a los cuales he sido asociada. El captulo I saca lecciones de una enseanza de carcter introductivo y metodolgico dictada en el Instituto de Historia de la Universidad Catlica de 1995 a 1999. El captulo II reproduce los programas de cursos presentados en el captulo precedente. En el captulo III se podr seguir los primeros pasos de unos veinte estudiantes en la investigacin histrica desde la perspectiva del gnero. El captulo IV es una bibliografa reciente sobre el tema del gnero en la historia de Chile: en l se encuentran reunidos un cuarto de siglo de trabajos pioneros en la materia.

Los programas de cursos, los trabajos realizados y las bibliografas que se proponen en la tercera parte de El gnero en Historia, ejemplifican los recursos que las nuevas tecnologas de la informacin representan para desarrollar la enseanza y la investigacin en las ciencias humanas. En Chile, como en cualquier otro pas de Amrica Latina, la pgina web de una entidad universitaria puede ofrecer esas herramientas especializadas pero sencillas. La interaccin entre visitantes y editores del sitio permitir en adelante enriquecer y actualizar su contenido. Es asi como, con un gasto mnimo, la comunidad cientfica que existe -aunque de manera informal- alrededor de un tema tiene la posibilidad de paliar conocidas carencias: la lentitud y la dificultad del acceso a los trabajos ms recientes realizados en el pas o en el extranjero, las cuales generan cierta pasividad y una impresin, de aislamiento. Todo esto se puede hacer en el mismo pas, a iniciativa de las comunidades cientficas que as se refuerzan

El formato electrnico abre entonces numerosas posibilidades. En esta primera edicin, hemos explotado slo las ms evidentes: sobre un mismo sujeto, ofrecer ms y de formas ms variadas, llegar rpidamente y a bajo costo a un mayor nmero de personas. Pero se trata, sin lugar a dudas, de un libro: de la impresin El gnero en historia conserv el enfoque y la estructura lineal, as como unas normas estrictas en el establecimiento del texto, propias para darle, as lo esperamos, el caracter de un aporte duradero (sigue)