Monday, December 01, 2008

La matanza de Acobambilla, 3 de diciembre de 1989

Como parte de un trabajo de campo, conocí Acobambilla el 2006. De inmediato me llamó la atención la remozada plaza del pueblo, y en particular una esquina de ésta, frente al local de la gobernación, donde se encuentra un recordatorio al lado de un monolito, aparentemente sin mucho que ver con el diseño de la plaza. Pero antes de seguir contando sobre esta plaza debo decir que Acobambilla es un distrito en las alturas de Huancavelica, próximo a los riachuelos que dan orígen al río Vilca, cuyo valle se hizo famoso por el caso de la base militar de Manta. Es un distrito antiguo, y su capital esta en un lugar estratégico donde se cruzan las rutas a la ciudad de Hvca., a Huancayo y a las alturas de Yauyos.

Rápidamente hice conversación con la gente y me enteré de la naturaleza del recordatorio, y de los pormenores de lo que ocurrió en ésa plaza, hace casi 20 años.

Las primeras visitas de los cuadros senderistas a Acobambilla datan de 1982. Según un testimonio a la Comisión de la Verdad y Reconciliación, por el mes de setiembre aparecieron por el distrito asaltando estancias, robando dinamita de las minas cercanas, pidiendo dinero, obligando a cocinar para ellos, o saqueando tiendas y viviendas. Su creciente dominio no tuvo respuesta de las autoridades policiales ni en general del Estado, haciendo sus incursiones con total impunidad. Así por ejemplo, el mes de junio de 1983 siete senderistas ingresaron a la escuela de Acobambilla cuando los escolares estaban en plena formación, y durante media hora la “camarada Nelly” expuso en quechua “una charla política” ante los escolares.
En noviembre de ese año asesinaron al ex gobernador y candidato a la alcaldía, Feliciano Yallico (32) y al alcalde de Acobambilla, Erasmo Surichaqui (38), y la misma noche de ese crímen destruyeron locales comunales y quemaron los archivos civiles y muebles de las municipalidad, del juzgado de paz, de la gobernación y de la comunidad. En Acobambilla se perdieron por estas acciones senderistas los registros de nacimiento de 32 años, 30 años de los de matrimonio y 23 años de los de defunción (revista Ideele, nro. 177). Tras dejar letreros con amenazas de muerte a “los soplones” y colocar su bandera, se retiraron del pueblo. Como consecuencia de estos hechos la población comenzó a abandonar Acobambilla, al punto de dejar desolado el lugar, se cerraron los centros educativos, se suspendieron las clases y los profesores se retiraron para no volver.

Los senderistas formaron un “comité popular” con la población que no pudo irse del pueblo, para lo cual designaron como mandos a algunos comuneros
. Bajo el imperio senderista, los pobladores de Acobambilla fueron movilizados para la vigilancia y saqueo de otras comunidades, granjas comunales o de predios de la SAIS Cahuide. Según un testimonio, en marzo de 1983 incursionaron por vez primera en Vista Alegre, organizando una asamblea y manifestando que luchaban “a favor de todos los pobres, contra los ricos”, para luego reunir y torturar a las autoridades locales, promoviendo el terror en la zona y la emigración subsiguiente. El 2 de marzo de 1984 un grupo de senderistas ingresa al anexo de San Martín y asesinan a Lucio Toralba de un balazo en la plaza del pueblo. Esta situación duró hasta que el ejército ocupó los distritos de la cuenca del río Vilca.

Fueron varios los intentos de pedir auxilio de parte de la población, algunos desde los primeros tiempos en que aprecieron los senderistas, como fue el caso de familias de Telapaccha, otros cuando la situación era incontrolable para los civiles, como fue el caso de pobladores de Anccapa. El ingreso del ejército el 21 de marzo de 1984 significó el arrasamiento de Acobambilla. Ese día los soldados asesinaron a Víctor Toralva, Teniente Gobernador que habría estado involucrado en Sendero Luminoso. Cerca de 200 viviendas fueron incendiadas o destruidas en los barrios de Pascuas Pata, la Plaza del Barrio (La Libertad) y Barrio (Ccasapata). Intentando paliar en parte el daño que causaron las tropas, el General Huamán Centeno, en ése momento jefe político militar en Huancavelica, viajó en helicóptero hasta Acobambilla, tal como recuerda un testimoniante:

“Y luego de ocho días vuelven pues los señores militares con helicóptero a la escuela, y todos, niños, ancianos, jóvenes, todos esperábamos con bandera blanca, pidiendo la pacificación porque dice era una seña que se debe mostrar para que haya paz, para que no nos maten [los del ejército]. De esa manera hemos esperado y llegado el helicóptero pues, eeh, aterrizó atrás de la escuela, al borde del río y nosotros apróximadamente de cuarenta personas hemos esperado en la escuela. Entonces llegó el general Huamán. El general Huamán nos llamó con paciencia, con tranquilidad: No tengan miedo, no vamos a hacerles nada, diciendo y nos ha traído un... alimentos a pocos, no?, realmente a todos que estuvimos en ahí nos ha dado unas migajas (...) y luego nos, ehh, nos dijo que tranquilícense, a partir de ahora no va a pasar nada, de esa manera. Entonces, se fue y luego, ehh, los militares quedan en ahí apróximadamente de un mes.” (Testimonio: 304011)


Otro testimonio
señala que pocos meses después llegaron calaminas para la reconstrucción del pueblo. La ocupación militar del distrito supuso la práctica desaparición del dominio senderista, aunque no implicó que su esporádica acción continuara asediando a través del miedo y el terror en la población. De otra parte, con el arribo de las fuerzas armadas se instauró un régimen de control que tuvo en los días domingo un momento de revista obligatoria para todos los pobladores de la parte alta de la cuenca, los que debían reunirse en el poblado de Manta. Tiempo después, aparentemente pacificada la zona y por demanda de la población se decidió que las formaciones dominicales serían en el pueblo de Acobambilla, cada quince días y con ocasión de la feria que se realizaba tradicionalmente.

De acuerdo a los testimonios a la CVR, se instaló una relativa calma en la zona, lo que motivó que hubiese un paulatino retorno de parte de la población desplazada y una reactivación de la vida cotidiana. Así volvieron a funcionar eventos tradicionales como la mencionada feria, y funciones y cargos comunales como el Juzgado de Paz y la Administración Comunal, aunque la alcaldía o la gobernación se ejercieron desde entonces por encargo directo del ejército. También se reabrió la oficina del registrador civil y se formó una “junta de vecinos” en ausencia del concejo municipal. Así por ejemplo, Paulino Chupayo Huamán, de Acobambilla, fue designado como gobernador distrital en 1985, y al año siguiente asumiría el cargo de Juez de Paz, hasta el año 1987.

Hacia 1986 la zona era reconocida como “tranquila”
, y sólo se recibía la visita de las patrullas del ejército que además exigían el apoyo de la población con ganados, carne y leña. Pero la relativa ausencia del senderismo en la zona, con sus extorsiones y abusos, fue reemplazada por la presencia militar, de cuyas bases solían salir patrullas hacia los pueblos, a menudo para exigir cupos en bienes y servicios a la población, arrancados por la fuerza o bajo amenaza de castigos. Así a través de la mano de obra obligatoria se construyó en 1986 la base de Manta. Irónicamente, la paz militar permitió el retorno paulatino del abigeato en la zona, confundido a menudo con las incursiones militares -o senderistas- o en contubernio con estos. Fue a mediados de 1989 que Paulino Chupayo fue nombrado una vez más como Gobernador del distrito, cargo que ejercería hasta el día de su asesinato por Sendero Luminoso.
Las primeras semanas de noviembre de 1989 dos conocidos abigeos de Telapaccha roban alpacas cerca de ese lugar
. En un testimonio se señala que Francisco Yallico había sufrido el robo de “14 llamas machos y 2 hembras”, planteando su denuncia a las autoridades de Acobambilla. Un grupo de pobladores, harta de estos hechos, habría avisado a los senderistas acerca de la identidad de los abigeos. Estos finalmente habrían huido tras conseguir negociar con los subversivos. En otras versiones se sospecha mas bien que habrían buscado impunidad eliminando a sus perseguidores, y que éste habría sido otro móvil detrás de la asonada senderista del 3 de diciembre. Los abigeos ya habían sido detenidos por los pobladores de Vista Alegre, que los castigaron físicamente por causa de los robos. Finalmente, buscando un arreglo definitivo se les convocó a Acobambilla para el domingo 3 de diciembre, día de feria, y en la que se reunirían las autoridades de comunidades y anexos afectados por los acusados.

“El 03/12/1989, a las cinco de la mañana, en Acobambilla, distrito del mismo nombre, un grupo armado de militantes del PCP-SL, entre hombres y mujeres, ingresó a la casa de Reynaldo Surichaqui, Ricardo Surichaqui, Nicomedes Torres y Anacleto Villazana; los amarraron y los condujeron a un corral cercano. En dicho lugar, antes de dirigirse a la plaza del distrito, los subversivos se vistieron como militares y algunos se untaron el rostro con la sangre de un carnero recién degollado. A las ocho de la mañana, llegaron a la plaza, en momentos que se realizaba una feria intercomunal, así como una asamblea con los líderes locales de los anexos de San Martín, Vista Alegre y del mismo Acobambilla. De inmediato, los subversivos reunieron a todos los presentes; aquellos que tenían la cara pintada fueron presentados como supuestos miembros del PCP-SL y pusieron a consideración su ejecución. Además, como acostumbraban hacer los militares, exigieron izar la bandera nacional. A continuación, sacaron una lista para llamar por su nombre a las autoridades, los que fueron ordenados en columnas de a dos y llevados al local de la gobernación. Allí les amarraron las manos con sogas y los golpearon uno a uno. Después fueron conducidos nuevamente a la plaza, donde primero les cortaron la lengua, les echaron arenilla en la boca y en los ojos y los asesinaron a cuchilladas. El único que fue asesinado a tiros fue Héctor Diego Lázaro, quien intentó escapar de sus captores. Después de matar a las autoridades, el resto de la población, que había sido encerrada en el local municipal, fue formada frente a los cadáveres. Los asesinos les advirtieron no recoger los cuerpos y les impartieron una charla de adoctrinamiento senderista. Antes de retirarse, quemaron la Municipalidad y todos los archivos y saquearon algunos negocios de la feria.” http://www.cyberline.com.pe/pdfaprodeh/tomo_9/PDFSAnexo4/HUANCAVELICA.pdf
Autoridades y comuneros asesinados el 3 de diciembre de 1989 en San José de Acobambilla:

Acobambilla:

1. Paulino Chupayo Huamán (Gobernador de Acobambilla, del barrio de Cashapata)
2. Reynaldo Surichaqui Camacllanqui (hijo del alcalde, era Secretario del Concejo distrital)
3. Nicomedes Torres Ignacio (ex presidente, era del barrio San Cristóbal)
4. Máximo Apumayta Toralba (Teniente Gobernador del barrio Santa Rosa)
5. Anacleto Villazana (Teniente Gobernador)
6. Juan Bejarano Reza (Teniente Gobernador auxiliar, era del barrio de Cashapata)
7. Donato Yallico Gonzáles (Teniente Gobernador era del barrio de Cashapata)
8. Tiburcio Yallico Ignacio (Pastor de la Iglesia Evangélica, del barrio de Santa Rosa)
9. Ricardo Surichaqui Huiza (Teniente Gobernador era del barrio San Cristóbal)

Anexo San Martín:

10. Armando Sueldo Mendoza (Teniente Gobernador)
11. Daniel Sueldo Mendoza (comunero)
12. Florentino Pariona Mendoza (Juez)
13. Rómulo Sáenz Huiza (comunero)
14. Honorato Paucar Yallico (Teniente Gobernador)
15. Francisco Yallico Sáenz (Teniente Gobernador)

Anexo de Vista Alegre

16. Julio Ignacio Toralva (Presidente de Administración)
17. Roberto Huamán Arizapana (comunero)
18. Félix Reza Toralva (Presidente de la Asociación de Padres de Familia)
19. Mario Yallico Mendoza (Teniente Gobernador)
20. Héctor Diego Lazaro (Fiscal)
Varios pobladores huyeron en dirección de Manta, donde se encontraba la Base Contrasubversiva del ejército, pero la reacción de éste fue la de enviar una patrulla días después, en tanto la población volvió a huir del pueblo, desapareciendo por muchos años la tradicional feria dominical. La matanza de Acobambilla, atribuida a Sendero Luminoso, motivó un juicio años después, cuando varios detenidos por abigeato en Huancayo, fueron reconocidos por gente de Acobambilla como los asesinos del año 1989.
La matanza de Acobambilla fue la más cruenta de la acciones senderistas en Huancavelica, a fines de la década de 1980, mientras en otros lugares de la cuenca del río Vilca la organización de rondas campesinas permitió resistir sus incursiones. Así por ejemplo, alrededor del día de las elecciones generales de 1990 se registró un enfrentamiento entre el pueblo de Huallahuara, en el extremo norte de la cuenca del río Vilca, y un grupo senderista, cuando este intentó tomar el lugar para boycotear el sufragio, muriendo en la refriega Benjamín Anquita Pomar, quedando varios heridos y poniendo en fuga a los subversivos.

El 2005 la municipalidad inició la remodelación de la antigua plaza. Desaparecida la feria como efecto de la matanza de 1989, y en el marco de "modernizaciones" que atraviesan los municipios alentados con los nuevos ingresos en sus economías, la plaza se convirtió en el lugar casi natural para dar cuenta del progreso local. La obra pensaba librarse del monolito que yace clavado en una de las esquinas, la llamada "piedra de los ancestros" casi es retirada cuando la población deliberó acerca de los sentidos que ella entrañaba, uno de ellos, el más señalado, es que al pie de la piedra se colocaron los cuerpos de las 20 personas asesinadas esa mañana de diciembre. El lugar era algo más que el tiempo marcado por la piedra de los ancestros, o quizás mejor decir, el pasado estaba redefinido por la huella de lo ocurrido en 1989. Un cambio en la propuesta arquitectónica terminó en un espacio conmemorativo, con una placa donde están estampados los nombres de todos los muertos ése día, casi todos autoridades de las comunidades del distrito. Fue una iniciativa autónoma de la municipalidad, y un empeño propio por significar algo más que progreso o moderno en una plaza.

Saturday, November 29, 2008

El País
La memoria histórica
Paradoja política de las fosas
Córdoba (IU) se opone a abrir un enterramiento y Málaga (PP) da dinero
M. J. ALBERT / D. NARVÁEZ - Córdoba / Málaga - 30/11/2008


Que los ayuntamientos de Córdoba y Málaga tengan posiciones muy distintas respecto a la memoria histórica no tendría por qué llamar la atención. La curiosidad del caso es la correspondencia con los partidos políticos que los gobiernan. El ayuntamiento de Málaga, del PP, no se limita a un respaldo retórico, sino que financia actuaciones como la exhumación de cadáveres de las fosas del cementerio de San Rafael, que se tienen por unas de las mayores de España, donde se estima que hay enterrados unos 4.500 fusilados en el franquismo.

El consistorio de Córdoba, de Izquierda Unida, en cambio, se resiste a permitir los desenterramientos en el cementerio de La Salud, pese a que la familia de uno de los sepultados ha logrado una subvención del Gobierno.

Ver más en: ARMH - Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica - ELPAÍS.com
El País/Cultura
Contra los comisarios del olvido
El poeta Juan Gelman reclama que se esclarezcan y se juzguen los crímenes de las dictaduras en un foro internacional sobre memoria histórica
TEREIXA CONSTENLA - Salamanca - 29/11/2008

La voz de Juan Gelman parece a punto de romperse tras cada palabra. Sin embargo no se quiebra. Renace una y otra vez de su agonía con un efecto bumerán: rompe en mil pedazos a quienes le escuchan. Romper la amnesia o la indiferencia frente al pasado cuando éste aún tiene cuentas pendientes. Como en Argentina, el país donde el premio Cervantes nació en 1930 y donde asesinaron y desaparecieron a su hijo Marcelo y a su nuera Claudia.
Nadie como un poeta para describir el dolor, nadie como un periodista para relatar hechos, nadie como una víctima para estremecer. Gelman es las tres cosas: uno de los mejores poetas de América Latina, un periodista de larga trayectoria y un padre que buscó desesperadamente los restos de su hijo y su nuera, dos de los 30.000 seres evaporados en el silencio que dejó tras de sí la última dictadura argentina. Nadie más apropiado que Juan Gelman para inaugurar ayer en Salamanca el I Encuentro Internacional de Centros de la Memoria Histórica, promovido por el Ministerio de Cultura, con un alegato contra "los comisarios del olvido". Continua...

Friday, November 28, 2008

Arbol de Chainabamba
(foto: Ricardo Caro Cárdenas, 2006)

Revista Crónika, periodismo alternativo
Fecha : 27/11/2008
LA ODISEA DE LOS INVISIBLES

La historia de Joaquina, una quechua hablante de Huancavelica, grafica las barreras que desde el Estado impiden el acceso al derecho fundamental de la identidad.

Escribe: Karen Oba

Aquella mañana, en Chainabamba, se presentaba una esperanza para la señora Joaquina: se realizaba una campaña de documentación y ella por fin tendría un Documento Nacional de Identidad(1).

La gente, como de costumbre ya levantada a esas horas, esperaba ansiosa la llegada de los representantes del Registro Único de Identificación y Estado Civil, que durante julio y agosto pasados recorrieron las comunidades de las provincias de Angaraes y Huancavelica. La fila de indocumentados era larga, por lo menos 100 personas, y se iban sumando más a medida que avanzaba el día. Todos bien acicalados, como para un día de fiesta. Era el día en que les entregarían su DNI.

—¿Quién sigue? —preguntó la señorita mientras armaba los expedientes de los indocumentados para tramitar su DNI. Temerosa y cansada, y mirando fijamente a su interlocutora, se acercó Joaquina. Levantó la mano derecha y contestó Ñuqa mamay (Yo, señorita).—¿Cuál es su problema, mamita? —le respondió la funcionaria tratando de ser amable. Joaquina, que hizo un esfuerzo por entender el castellano, en forma sutil pidió que la atendieran en quechua: Ñuqa, ricsiscca kayta munani. Sus labios resecos y enverdecidos por la coca soltaron una voz grave y calmada.—No entiendo, ¿qué dijo? —preguntó la trabajadora, y Dante, un huancavelicano intrépido y conductor de la camioneta que nos llevó hasta el lugar, tradujo inmediatamente: “Dice que quiere tener sus documentos”. Sigue ...

Thursday, November 27, 2008

LA VANGUARDIA.
Psicoanalistas, autores del estudio 'Trauma y Transmisión'
"Garzón ha decepcionado a mucha gente"
Los traumas de la Guerra Civil afectan hasta a las cuatro generaciones siguientes

Ramon Vila Barcelona 27/11/2008
Los traumas de la Guerra Civil y la Dictadura se han ido transmitiendo de generación en generación y todavía siguen afectando. Así lo determina el proyecto Trauma y Transmisión que han dirigido las psicoanalistas Anna Miñarro y Teresa Morandi. El estudio alerta de la necesidad de formación de profesionales para atender a afectados y familiares y de la importancia de la palabra para una transmisión en positivo de la experiencia traumática de la guerra y la represión.

Tuesday, November 25, 2008

Cazadores de Utopias

Excelente documental encontrado aquí, sobre la historia del movimiento Montoneros a través de las memorias de quienes estuvieron dentro y cerca de esta organización. La imagen es tomada de aquí.

Saturday, November 22, 2008

Un breve paso por La Mar , marzo 2008

El pueblito de Pillo esta medio escondido en la cima de una colina, sobre las ruinas de la antigua hacienda de Uras. Pero mejor comienzo por recordar que supe de Pillo en una conversación que sostuvimos con el señor Cirilo Ascarza, en el CP de Cochas. Nos contaba a una amiga y a mí sobre los años del conflicto armado, de cómo en su travesía de supervivencia fue a parar a esta "aldea estratégica" montada sobre el paisaje, cuando la guerra se hizo extrema en los 80s. Le pregunté dónde quedaba y nos indicó que podíamos verla desde donde estábamos, salimos y nos mostró a la distancia un punto que con mi miopía era apenas una mancha en la retina. Saqué los binoculares y busqué.

Pillo nació de la guerra y con el tiempo se convirtió en un asentamiento que ha perdurado. Me contaron que sufrió varios ataques senderistas, asunto que debió ser alucinante vista la posición del lugar que días después podría apreciar mejor desde el otro lado del valle.

Llegué a Cochas en visita de trabajo, pero aproveché las pasadas para hablar con la gente y conocer más de un lugar del que apenas sabía por referencias en el artículo de mi amigo Ponciano. Al llegar encontramos que la gente estaba en el campo, pero había una bodega abierta y en ella encontramos a don Cirilo. Pronto la conversación de saludo que empezamos se convirtió en una entrañable experiencia donde aprendí muchísimo de Cochas. Pero todo esto gracias a don Cirilo, que se mostró abierto e interesado en nosotros. En la bodega se hallaba también Gilberta, una jóven que portaba a su bebe en la espalda y se acomodó en una de las bancas para conversar con nosotros.

Luego de la visita, hice algunas notas de ese encuentro que paso aquí, sin editar mucho.

"Cirilo Arcaza es oriundo de la comunidad de Choccacancha. Casado con una comunera de Cochas, nieta del antiguo hacendado y que obtuvo la propiedad de un terreno dentro de la comunidad. Cirilo tiene secundaria completa, realizada en San Miguel, en el colegio “9 de Diciembre”. Es yerno de la comunidad de Cochas, y ha sido Presidente de la Comunidad en 1997, poco después de que él mismo llegara a instalarse con su esposa, como resultado de la decisión de mantener las propiedades que esta tenía en Cochas, y que se encontraban amenazadas por la persistencia de Teodosio …. por trasladarlas a la propiedad comunal. Como Presidente de la comunidad Cirilo logró construir la trocha carrozable.

Cochas tiene 3 anexos: Cochas Alta, Challhuapuquio y Putacca. Con una población total de aproximadamente 600 personas, sin problemas de límites con otras comunidades. Señala problemas de abigeato, que vendrian de Allpacorral.

Con la guerra desaparecen las antiguas autoridades.

Cirilo fue profesor durante un año en Chacco, en la base misma, adonde llegó refugiandose y gracias a la ayuda de un conocido suyo en San Miguel, que era prefecto o gobernador. Cirilo huyó de Choccacancha hacia San Miguel, donde estuvo abandonado, sin trabajo, adelgazando notablemente. Medio deshecho, es cuando se encuentra con esta persona que le dice “qué viejo ya estabas”, pero Cirilo le cuenta su historia, y esta autoridad le ofrece ayuda. Habla con el comandante de Chacco y le dice que hay una vacante de profesor (estamos en 1984), que él la puede tomar. Hay algo que sabe Cirilo, que en Choccacancha, en Pillo, hay senderistas volteados que se han hecho del poder y del liderazgo local, ofreciendo una cara colaboradora con los militares. Pero Cirilo los conoce, sabe quiénes son y que son asesinos además.

Su propio liderazgo –Cirilo fue autoridad en Choccacancha antes de desplazarse hacia Pillo-, lo confronta con “Eusebio Gamboa”, ex SL que se habia convertido en lider de Pillo y se ganaba el favor de los militares haciendoles coimas y regalos. Cuando pertenecía a SL “Eusebio” y otros senderistas presionaban para que Cirilo se subordinara, pero él siempre se opuso. Cirilo recuerda algunos de los primeros ataques de SL. El primero habria sido en Ochoccopata, en agosto de 1984, este ataque es el que mejor recordaron con Gilberta en la conversación, se trató de un grupo grande de 700 personas, hombres y mujeres, a las 5 am a una “mujercita” que estaba trayendo su aguita fue degollada y colgada. La ... atención de la población que salió a defenderse, asi el ataque duró de dos a tres horas, muriendo cinco pobladores: Eugenia Muche, Sofia Andia, Apolinario Vila, Lucio Aranda Durante, Genaro Andia Vargas. El segundo ataque fue en Yupanja, en el cerro san Cristóbal (tengo foto), el tercero en Cochas baja, y el cuarto en Cochas Alta. No recuerda los otros dos ataques. En su caso, Choccacancha se organiza y convierte en lugar de refugio de 30 personas.

Por esa razón fue acusado de yana uma junto con su primo o tio. A este último lo agarran un dia a golpes en una asamblea, por yana uma y huye a San Miguel. Luego siguen las amenazas de "Eusebio" a Cirilo. Una noche, la víspera de que lo asesinen los senderistas, es advertido y logra huir sin nada hacia San Miguel. Allí, abandonado, sin apoyo, encuentra a su tio o primo que está recuperándose de la tortura infligida por los senderistas. Nada se sabia de lo que pasaba en las alturas, a ese punto llegaba en esa epoca la distancia y la desconeccion.

Decide con su pariente hacer denuncia de “Eusebio”. En esas circunstancias consigue la ayuda de la autoridad que le hace contacto en Chacco, adonde Cirilo va a trabajar por un año como maestro. Pero la denuncia no avanza, mas bien temen represalia de este ex senderista. Además no es el único "volteado". Cirilo nos cuenta de una suerte de lugarteniente de Eusebio, un tal Cirilo Valencia, uno que era "mas maldito todavía". Este Cirilo ha huido a San Miguel, dicen que ha matado a dos personas más. Sigue suelto hasta ahora.

Mientras tanto Eusebio Gamboa las arremete contra un hermano de Cirilo Arcaza, Alejandro si mal no recuerdo. Alejandro es capturado por Eusebio que lo acusa de colaborar con SL, acusación jalada de los pelos, pero que motivó el maltrato de Alejandro. Eusebio lo llevó a la base de Chacco con el propósito de que lo mataran. Llegando a la base, Cirilo ve a su hermano y este le cuenta lo que ha ocurrido. Cirilo, que ya es conocido en la base, acude al oficial antes que se le presente Eusebio, y le aclara lo de Alejandro. Luego va a increpar a Eusebio, y le dice que él sabe quién es él, que vaya donde el oficial y él mismo le cuenta quién es Eusebio Gamboa. Esto lo hace retroceder y deja a Alejandro y se retira a Choccacancha.

Ya en san Miguel, el comandante recibe las denuncias de varias familas sobre Eusebio, y ordena su captura en la base de Chacco. El oficial a cargo avisa a Eusebio y este le compra su libertad. Pasado el tiempo Cirilo ve a Eusebio y hace avisar al comandante de san Miguel. Incrédulo, llama por radio a Chacco y el oficial a cargo afirma que ya lo ha detenido, pero entonces el comandante le dice que tiene información de que esta libre, y que lo quiere detenido en San Miguel pal dia siguiente. Entonces va una patrulla y captura a Eusebio. Es asi como llega a San miguel. Ese mismo dia se corre la voz y los familiares de las once personas por als cuales se le ha acusado de asesinato van a la base vestdas de negro, esto impacta al comandante que tras una tortura salvaje mata a este ex senderista, en 1985.

Cirilo arcaza queda viviendo en CHoccacancha, a donde vuelve tras su estancia de un año en Chacco. Allí se hará lider y dirigente de la comunidad, de la que será presidente por cinco años. En 1997 irá a Cochas, a proteger la propiedad de su esposa, amenzada por el líder de la comunidad (Teodosio).

Teodosio es un tipo de alrededor de 40 años. En julio de 1984 sobrevivió a la incursión del ejercito (aparece en CVR). Esa madrugada los soldados rodean el pueblo, y detienen a los comuneros, sacan una lista y los llevan detrás de la escuela (en la foto Gilberta nos señala el lugar de la matanza), salen nueve presuntamente senderistas y los hacen cavat una fosa, rodeados por el resto de la gente, adultos y niños, entre estos Gilberta, de 10 años.

Con los soldados había venido un comunero, atado, desde Uras. Teodosio pudo esconderse en la cabaña de un tìo, y dias despuñes se escapó hacia San Miguel y Huamanga en un camiòn. Con los años, Teodosio volviò a san Miguel, como pastor pentecostal, y a poco retornò a Cochas cobnvertido en el pastor de la comunidad. Asumiò cargos y llegò a ser Presidente Comunal, cargo desde donde le puso el ojo a las tierras de la esposa de Cirilo, hija del antiguo hacendado que habìa heredado unas parcelas, y que trs ir a vivir con su esposo habìa dejado abandonadas. Cuando supo que corrìan peligro de ser retornadas a la comundiad por maniobras de Teodosio, suplicò volver a Cochas, porque las tierras le significaban mucho a ella. Volvieron y el carisma y liderazgo de Cirilo hicieron retroceder a Teodosio, aquien Cirilo conocía ademàs por su pasado.


Gilberta es de Cochas Baja. Recuerda que teniendo unos 8 años vivió la presencia de los senderistas. Cochas Baja fue un comité popular, las autoridades y profesores abandonaron el pueblo. El local de la escuela se convirtió en la sede de la escuela popular senderista. Gilberta recuerda que ella se asomaba a escuchar y ver las clases, seguramente que con ella otros niños también. (en la foto aparece con su escuela)

Nos cuenta que muchos jóvenes, casi niños, eran reclutados para marchas con los senderistas. Ella quería ir pero no la dejaban por ser muy mocosa aún. En sus andanzas por el campo, arreando sus ovejas, se encontró una vez con una estancia incendiada. Cuando se acercó a las ruinas, vio cuerpos destrozados, una cabeza por ahí. Espantada partió corriendo hacia el pueblo a contar a su papá.

No fue la única vez que vivió al violencia de la época. Con todo, los senderistas se llevaban cada vez a más jóvenes y ella no podía salir. Hasta que tiempo después, ya con diez años, pidió ir y la probaron pidiéndole que sostuviera un revolver y disparara. Según cuenta, a los niños los probaban así, y si podían manejar el arma los consideraban aptos. Ella no pudo y no salió.

Recuerda el ataque del ejército. Cuando le leímos los nombres de las víctimas que aparecen en los anexos del Informe de la CVR (llevaba el anexo de eventos), corrigió de inmediato que uno de los muertos era inocente. Lo habrían traido de Uras y lo mataron con los otros 9 senderistas, con quienes antes cavaron una fosa, detrás de la escuela. Habìa un par de hermanos que sì eran conocidos senderistas del lugar, los mataron ese dìa. Ella con otros pobladores observaron la matanza. Señala que incluso hubo senderistas que se escaparon de esa suerte. Uno de ellos fue Teodosio.

Después de eso, hubo varios ataques senderistas contra Cochas. La población se refugión en Yapanja, luego en Pillo. Tras cuatro ataques, los papás de Gilberta la enviaron a Lima, donde ella vivió muchos años. Tuvo hijos allá. Luego se vino de retorno a Cochas, donde la conocimos cargando a uno de sus wawas, mientras conversamos en la bodega con don Cirilo."

Thursday, November 20, 2008

Una buena noticia la dada en el blog de Hobsbawn hace unos días. Han subido todas las fotos de Life a la web. Habrá que darse tiempo para el paseo por las imágenes.

Monday, October 27, 2008

De cine a templo
Encontré esta noticia de junio de este año. El antiguo cine Cavero de Huamanga terminó con el mismo destino de tantos antiguos locales de Lima. Esta suerte de conquista evangélica es también un signo del cambio acelerado de nuestra vida urbana. El ex cine Cavero, ahora convertido en templo evangélico, rivaliza desde hace meses con su vecino templo católico. Con todo, el centro huamanguino continuará siendo un espacio privilegiado para el culto, cons treintaitan iglesias católicas y sus cada vez más numerosos y populares templos evangélicos. A todo esto, lo que ha retrocedido es su centro como lugar de diversión y ocio. Averiguar más. http://mujercristianaylatina.wordpress.com/2008/10/08/gran-impacto-por-adquisicion-de-cine-convertido-en-templo/

Friday, October 24, 2008

Anoche fui a un conversatorio en Villa El Salvador donde se trataría sobre la CVR, memoria, racismo y ddhh. No éramos muchos, unas treinta personas, y la charla fluyó bien, aunque hacia la media hora final fue evidente la intervención del discurso senderista en boca de unas tres personas asistentes. Primero empezó un viejo, rollo radical, que el imperialismo y el sistema capitalista, hasta ahí digamos que "normal", lo interesante vino cuando intervino un joven de anteojos, que estaba acompañado de otra muchacha, que permaneció callada a su lado. El joven de anteojos, "con todo respeto· empezò criticando algunas ideas no muy claras que dijo el padre Garatea, y que se encargó de aclarar. Pero la segunda intervención fue más clara, se trataba de alcanzar una reconciliación de todos los actores de la guerra, era la única manera de dar cuenta de la verdad, y que había que hablar sin apodos, que se trataba del Partido Comunista del Perú. Me parece que fue Marisa quien le aclaró que no eran el único PC en el país, luego hablaron otras personas, una señroa, de provincias, hablá testimonialmente acerca de lo que los terroristas hicieron en su pueblo y otros vecinos. Era evangélica, y cree que eso la ayudó en parte a salvarse. Pero el testimonio -así como cualquier otra opinión que no antagonizara con la suya-, no fue incluido en las siguientes intervenciones senderistas. Eentonces habló otro viejo, de cabello cano, que comenzó diciendo que había pasado "de casualidad". Con un rollo muy bien articulado y expuesto el viejo defendió la reconciliación con todos los enfrentados, que en las cárceles había "maestros, campesinos y obreros" pasando miserias. Que los prisioneros políticos debían ser amnistiados. En fin, Irma intervino muy bien ¿acaso querían amnsitiar a Fujimori y a Telmo Hurtado? ¿Querían amnistiar a Abimael Guzmán? Apañaban la lucha armada todavía? Entonces intervino el último de los senderistas, un joven de 17 años, segun dijo, que de manera más vehemente que los otros defendío la causa de la amnistía general y para los prisioneros políticos y de guerra. La reunión tuvo que cortarse porque se acababa el permiso de uso pero también porque comenzaba el cargamontón senderista, todos querían hablar esta vez.
No es la primera vez que me los encuentro este año. Los encontré en una charla a la que me invitaron en San Marcos. Parece que el destino judicial de Fujimori les atañe, porque pareciera que ven en él un reflejo de sus propias expectativas respecto de sus propios sentenciados, y claro, de Abimael Guzmás y su CC. Si el juicio a Fujimori pasa por agua tibia, creo que esto animará la radicalidad senderista (limeña) actual. Y por supuesto, espectáculos como el de los "petroaudios" agitan la trama subjetiva de mucha gente.

Saturday, October 18, 2008

Hoy en El Paìs:
http://www.elpais.com/articulo/panorama/necesidad/debate/historico/elpepusocdgm/20081019elpdmgpan_1/Tes/

REPORTAJE: OPINIÓN
La necesidad del debate histórico

La libertad de expresión en Europa vive atenazada por leyes bienintencionadas que pretenden condicionar lo que se dice y recuerda sobre los episodios más siniestros de nuestra historia
TIMOTHY GARTON ASH 19/10/2008
Entre los ataques que está sufriendo la libertad en Europa, uno de los menos visibles es la legislación de la memoria. Cada vez más países tienen leyes que dicen que debemos recordar tal o cual hecho histórico de determinada manera, a veces, so pena de procesamiento criminal si no damos con la respuesta acertada. Y la respuesta acertada depende de dónde se esté. En Suiza, a uno pueden procesarle por decir que los horrores que sufrieron los armenios en los últimos años del Imperio otomano no fueron un genocidio. En Turquía, por decir que lo fueron. Lo que en los Alpes es una verdad decretada por el Estado, es una falsedad decretada por el Estado en Anatolia.
Esta semana, un grupo de historiadores y escritores, entre los que me incluyo, ha plantado cara a esta peligrosa tontería. En un escrito llamado Appel de Blois (Llamamiento de Blois) y publicado en Le Monde el pasado fin de semana, sostenemos que, en un país libre, "no es competencia de ninguna autoridad política definir la verdad histórica ni restringir la libertad del historiador mediante sanciones penales". Y nos oponemos a la acumulación de las llamadas leyes de la memoria. Entre los primeros signatarios están historiadores como Eric Hobsbawm, Jacques le Goff y Heinrich August Winkler. Ustedes pueden sumarse enviando un correo electrónico a contact@lph-asso.fr.
No es casualidad que este llamamiento haya nacido en Francia, que tiene la experiencia más intensa y tortuosa de la historia reciente en cuanto a leyes y procesamientos relacionados con la memoria. Al principio no hubo gran controversia: en 1990, una ley declaró punible en dicho país -como en otros países europeos- la negación del Holocausto nazi de los judíos y otros crímenes contra la humanidad definidos por el Tribunal de Nuremberg en 1945. En 1995, el historiador Bernard Lewis fue condenado por un tribunal francés por alegar que, según las pruebas disponibles, lo que sufrieron los armenios quizá no podía calificarse de genocidio, tal como lo definían las leyes internacionales. Otra ley, aprobada en 2001, estableció que la República francesa reconocía la esclavitud como un crimen contra la humanidad y que, como tal, debía ocupar su "lugar correspondiente" en la enseñanza y la investigación. Entonces, un grupo que representaba a varios ciudadanos franceses de ultramar presentó una querella contra el autor de un estudio sobre el tráfico de esclavos en África, Olivier Pétré-Grenouilleau, al que se acusaba de "negar un crimen contra la humanidad". Mientras tanto se aprobó otra ley más, desde un punto de vista muy diferente, que obligaba a que los programas escolares reconociesen el "papel positivo" desempeñado por la presencia francesa en otros países, "especialmente en el norte de África".
Por suerte, al llegar a este punto, una ola de indignación generó un movimiento llamado Libertad para la Historia (lph-asso.fr), dirigido por el historiador francés Pierre Nora, que es también el responsable del Llamamiento de Blois. La demanda contra Pétré-Grenouilleau se desestimó y la cláusula del "papel positivo" quedó revocada. Pero sigue siendo increíble que una propuesta semejante pudiera llegar a figurar en el corpus legal de una de las grandes democracias y uno de los mayores centros de estudios históricos del mundo.
Estas tonterías resultan todavía más peligrosas cuando surgen bajo la careta de la virtud. Un ejemplo perfecto es el reciente intento de imponer límites a la interpretación de la historia en toda la UE con la excusa de "combatir el racismo y la xenofobia". Una propuesta de decisión marco del Consejo de Justicia e Interior de la Unión, presentada por la ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries, sugiere que, en todos los Estados miembros de la UE, "aprobar, negar o trivializar burda y públicamente los crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra" sea "punible con penas legales de hasta, por lo menos, entre uno y tres años de prisión".
¿Quién decidirá qué acontecimientos históricos constituyen genocidio, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra, y qué es "trivializarlos burdamente"? Las leyes humanitarias internacionales apuntan ciertos criterios, pero qué hechos los cumplen exactamente es, muchas veces, materia de enconadas disputas. La única forma segura de garantizar que se dé el mismo tratamiento en toda la UE sería que ésta acordara una lista -llamémosla la lista de Zypries- de horrores que cumplen los requisitos. Podemos imaginar las negociaciones a puerta cerrada en Bruselas (el funcionario polaco que le dice a su homólogo francés: "Vale, os concedemos el genocidio armenio si vosotros nos dais la hambruna en Ucrania"). Gogol.
Como varios países con una sólida tradición de libertad de expresión, entre ellos Reino Unido, se opusieron al borrador inicial de Zypries, la propuesta actual ha añadido que "los Estados miembros podrán decidir castigar sólo las conductas que tengan probabilidades de alterar el orden público o que sean amenazadoras, abusivas o insultantes". Es decir, en la práctica, cada país seguirá haciendo las cosas a su manera.
A pesar de sus múltiples defectos, esta decisión marco superó la votación en el Parlamento Europeo en noviembre de 2007, pero todavía no ha vuelto al Consejo de Justicia e Interior para su aprobación definitiva. Envié al representante correspondiente de la actual presidencia francesa de la UE un correo electrónico en el que le preguntaba la razón, y acabo de recibir esta críptica, pero prometedora respuesta: "La DM sobre Racismo y xenofobia no está lista para su aprobación, sino que está en suspenso, pendiente de algunas reservas parlamentarias". Merci, madame liberté: con esto llegamos a fin de año. Luego, que la presidencia checa, que se hará cargo de la UE durante el primer semestre del año próximo, la elimine del todo, con una dosis del sentido común del buen soldado Svejk para la historia.
Que quede clara mi postura. Creo que es muy importante que las naciones, los Estados, los pueblos y otros grupos (para no hablar de los individuos) asuman de forma solemne y pública las barbaridades que han cometido o se han cometido en su nombre. El momento en el que el dirigente germano-occidental Willy Brandt cayó de rodillas y en silencio en Varsovia, ante un monumento a las víctimas y los héroes del gueto, es, para mí, una de las imágenes más nobles de la historia de la Europa de posguerra. Para que la gente asuma esas cosas, antes tiene que conocerlas. Así que es preciso enseñar esos temas en las escuelas y hacer conmemoraciones públicas. Ahora bien, antes de enseñarlos hay que investigar sobre ellos. Hay que descubrir pruebas, comprobarlas y pasarlas por el tamiz, así como someterlas a diversas interpretaciones posibles.
Ese proceso de investigación histórica es el que necesita una libertad total, sólo restringida por unas leyes muy precisas contra la calumnia y la difamación, elaboradas para proteger a las personas vivas, pero no a los Gobiernos, los Estados, ni el orgullo nacional (como ocurre con el tristemente famoso artículo 301 del Código Penal turco). Para un historiador, el equivalente a un experimento de ciencias naturales consiste en cotejar las pruebas con todas las hipótesis posibles, por extremas que sean, y después presentar la interpretación que le parezca más convincente a las críticas de sus colegas profesionales y al debate público. Ésa es la forma de acercarnos lo más posible a la verdad sobre el pasado.
Por ejemplo, ¿cómo refutamos la absurda teoría de la conspiración, que, al parecer, todavía tiene adeptos en partes del mundo árabe, de que los judíos fueron los responsables de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York? ¿Prohibiendo que se diga, bajo pena de cárcel? No. Una teoría se refuta refutándola. Es decir, reuniendo todas las pruebas existentes y sometiéndola a un debate libre y abierto. No sólo es la mejor forma de discernir los hechos; es también, en definitiva, la mejor forma de combatir el racismo y la xenofobia. Así, pues, ayúdennos, por favor, a deshacernos del Estado niñera y su policía de la memoria. -
Aparecido en El País del 17 de octubre del 2008. http://www.elpais.com/articulo/cine/Jacques/Verges/defensor/legal/horror/ilegal/elpepucul/20081017elpepicin_2/Tes

CRÍTICA
Jacques Vergès, defensor legal del horror ilegal
CARLOS BOYERO 17/10/2008

Se llama Jacques Vergès. Su imagen, su comportamiento, lo que ha hecho y lo que pudo hacer, sus transparencias y sus enigmas, su militancia y sus trapicheos, sus luces y sus tinieblas, representan para mucha gente al diablo en la Tierra y al rastrear su probable edad descubres que como mínimo ha establecido algún pacto fáustico, ya que forzosamente debe de tener más de ochenta años, aunque por su apariencia física y mental no le calcules más de sesenta. Fuma puros con gesto de bon vivant, habla con tono pausado, le apasionan los manjares, el burdeos añejo y las mujeres, parece encantado consigo mismo, maneja inmejorablemente el sarcasmo, la provocación, el desprecio y el cinismo, es un virtuoso en dialéctica incendiaria y en estratégicos silencios, desprende seguridad y un aroma entre cardenalicio y maquiavélico. Calla mucho más de lo que dice, miente con desarmante aplomo. Da mucho miedo este pulcro y cultivado señor. El adjetivo "inquietante" adquiere pleno sentido con un personaje como él.
El cine de ficción de Barbet Schroeder siempre se ha sentido fascinado por la ambigüedad del mal. También utilizó el documental para retratar al excéntrico y monstruoso dictador Idi Amín Dadá. Es muy coherente que se haya acercado a una personalidad abarrotada de claroscuros, difícilmente etiquetable como la de Vergès, alguien que siempre ha estado asociado al derramamiento de sangre, aunque él confiese con sibarítica sorna que su única herida de guerra se la provocó la apertura de una ostra. También asegura que le hubiera encantado asumir la defensa de Hitler, e incluso de Bush, a condición de que se declararan culpables.
Vergés es el desasosegante protagonista de El abogado del terror, un documental muy largo que se te hace corto, un repaso escalofriante a 50 años de terrorismo, a la certidumbre de que los bombazos selectivos o indiscriminados, contra peces gordos o contra la población civil, son el elemento más sólido para lograr tus objetivos políticos. Vergès tiene claro, como cualquier ciudadano del mundo que sea mínimamente lúcido, que existe un intocable, pavoroso y legitimado terrorismo de Estado. Pero según sus convicciones, al colonialismo sólo se le puede combatir con la violencia revolucionaria. Y si pillan al terrorista, ahí está él para defenderle jurídicamente, para utilizar todas las fisuras legales y la pretendida civilización de los sistemas democráticos y darle la vuelta a los juicios demostrando que son mucho más culpables los acusadores que los acusados, dándole habilidosamente la vuelta a la siniestra tortilla.
Con este hombre hay numerosas certezas e infinitas sospechas. Se sabe que fue el abogado de Djanila Bouhired, la condenada a muerte que simbolizó la lucha de Argel contra el colonialismo francés, de los fedayín, de la Baader Meinhoff, de Carlos El Chacal, del terrorismo iraní propiciado por el fundamentalista Jomeini, del posteriormente asesinado presidente del Congo Moises Tshombé. Pero el misterioso y sinuoso Vergès borra todas sus huellas y desaparece del mundo durante ocho años. ¿Qué ocurrió entonces; a qué renovada historia de la infamia asesoró; por qué alguien tan exhibicionista se borra de la escena pública y de esos medios de comunicación que tan inmejorablemente utiliza? Él hace mutis. Sus biógrafos más fiables aseguran que su destino fue Camboya, que no fue ajeno a la barbarie de los jemeres rojos, que al igual que Mao, el genocida Pol Pot también contaba con la admiración intelectual e incondicional de Vergès.
Cuenta su mejor amigo que jamás podría imaginar al ilustrado y refinado Vergès como un karateka suicida, aunque no le extrañaría que apretara el botón de un detonador si se le presenta una cómoda ocasión. Siempre estuvo asociado a los movimientos de izquierda de lucha armada, pero tampoco desdeñó tomar la defensa del viejo y capturado nazi Klaus Barbie. Cuenta Vergès con satisfacción y orgullo que en ese juicio él estaba sólo frente a los 39 ineptos abogados que pretendían crucificar al monstruo en nombre de la dignidad humana, que consiguió transformar el juicio al nazi en un juicio contra Francia.
Dicen que Vergès, hijo de una vietnamita y de diplomático francés, y criado en la isla de Reunión, siempre se ha sentido en guerra contra los imperialismos. Es un argumento simplista. Lo que resulta claro es que lo sabe todo de las cloacas que comparten los subversivos y los legalistas, que los conceptos del bien y del mal pueden ser intercambiables, que la turbiedad es el motor de la política. Y piensas en la impresionante novela que podría construir alrededor de este personaje un John Le Carré en estado de gracia.

Una vida azarosa
- Jacques Vergès nace el 5 de marzo de 1925 en Ubon Ratchathani (Tailandia).
- Tras la II Guerra Mundial, estudia Leyes en París y preside la Asociación de Estudiantes de las Colonias. Conoce a Pol Pot.
- En los años cincuenta apoya la lucha armada en Argelia y defiende a Djamila Bouhired, acusada de poner una bomba en un café. Se casará con ella.
- Entre sus defendidos destacan Klaus Barbie, Carlos 'El Chacal', terroristas palestinos e islámicos iraníes y varios dictadores africanos. Su último defendido famoso fue el viceprimer ministro iraquí Tariq Aziz.

Friday, October 10, 2008

Hoy en la Columna de Mirko Lauer del diario La República:

Columnistas

Fragmentos de un catálogo fotográfico sobre la masacre de Putis
[Muestra de fotografías de Domingo Giribaldi, curada por Alberto Huarcaya, en el Centro de la Imagen, desde el próximo cuatro de noviembre]

José Pablo Baráybar
Los vivos, los que están, los que no se fueron, los recuerdan y los mantienen en este lado del mundo, el mundo de todos los días. Los piensan, les hablan, les cuentan sus penas; la de la madre angustiada por no saber, la del hermano menor que no tuvo al mayor para defenderlo, la de la hermana a la que nunca pudo cuidar ni celar. Entre ellos se entienden, murmuran cosas jamás escuchadas, códigos desconocidos para nosotros. Acarician sus ropas, las que algún día hicieron, lavaron y plancharon. Sus hilos les susurran cosas al oído, las hebras, la trama, la urdimbre, los puntos y las costuras. Sus colores son siempre intensos, ni el invierno implacable ha podido reducirlos a manchas de tierra. Los vivos, los que están, traen a sus desaparecidos de regreso, a una sala, a un patio de escuela, a una plaza, a un pedazo de puna gélida.

Víctor Vich
Las ropas han salido a la luz pero ¿qué es lo que continúa oculto? Los pobladores de Putis siguen siendo víctimas del desinterés nacional… ¿Tenemos los peruanos la capacidad de sentirnos interpelados y de cambiar nuestros puntos de vista? ¿Existe en el Perú la voluntad de asumir lo peor de nosotros mismos –lo más degradado de nuestras instituciones– y de reconfigurarnos como comunidad nacional? Cada vez que un nuevo presidente de la república, un nuevo ministro de defensa o cualquier líder político insiste en negar lo sucedido, los muertos del conflicto armado, los fusilados de Putis, vuelven a morir nuevamente.

Kimberly Theidon
Cuando los forenses exhuman las fosas en Putis, es también el Estado Peruano lo que exhuman. Al recuperar los restos, existe también la posibilidad de recuperar el Estado Peruano después de tantos años de indiferencia ante la gente más marginalizada del país. Existe esta posibilidad en cuanto el Estado finalmente acepte que las Fuerzas Armadas cometieron algo más que "excesos y errores" durante la lucha contrainsurgente: un pequeño zapato los acusa.
Al abrir las fosas en el campo ayacuchano el Estado debería abrir su propia investigación sobre los militares responsables de esos delitos: hacerlo sería un paso más en el largo proceso de democratizar la democracia peruana. Y también sería una respuesta a los muchos campesinos y campesinas quienes todavía están esperando "un poco de justicia". Durante la Audiencia Pública de la CVR en Huanta, Abraham Fernández, de Chaka, concluyó su testimonio con estas palabras: "Tal vez dentro de una generación nuestros hijos serán peruanos".

Mirko Lauer
Holocausto peruano. En las fotos la masacre continúa. Apela a nuestros sentidos de la justicia y de la compasión. Las fotos aportan el contexto humano del cual la sociedad ha privado a las víctimas: los asesinos no se reconocen en su propia obra, los conciudadanos no tenemos capacidad suficiente de reconocernos en ese espejo cercano que son las víctimas, quienes podrían hacer algo están paralizados por la idea de que no pueden hacer nada. Así, sin abrazo humano que la restañe, la masacre de los muertos no puede sino prolongarse en la masacre de los vivos. Las fotos buscan que el testimonio de lo sucedido no se apague en la voluntad de nuestros corazones, que se detenga en cambio el proceso de indiferencia con que solemos responder a aquello que pensamos inevitable.
Ver columna en: http://www.larepublica.com.pe/content/view/249052/559/

Thursday, October 02, 2008

En Iscahuaca, Cotaruse, incendiada por el Ejercito en 1989

Ayer estuve en Iscahuaca, adonde fuimos a verificar el relato de su destrucción de parte de miembros del ejército peruano, en 1989, como represalia por el atentado contra un convoy de autoridades civiles y policias que se dirigían a este lugar a constatar la denuncia de dos asesinatos ejecutados por senderistas. En la zona alta llamada "siete vueltas" ocurrió la explosión de una mina contra el vehículo que transportaba policías y civiles. Iscahuaca se encuentra cerca a esta parte de la carretera, y es además zona de paso hacia el campamento minero de Tumire. El ámbito era una zona de interés para SL, que persistentemente incursionaba en el pueblo. La reacción del ejército fue incendiarlo totalmente, obligando a la población a huir para siempre del lugar, y fundar otro asentamiento del mismo nombre al borde de la carretera.

Iscahuaca se encuentra en el camino hacia varios campamentos mineros, el más conocido es el de Tumire. De hecho los senderistas tomaron varias veces estos campamentos, de donde cabe pensar que obtenían dinamita y anfo. Actualmente el pueblo de Iscahuaca se encuentra al borde de la carretera, y es paso obligado hacia las minas.

Saturday, September 27, 2008

Estoy en Abancay, adonde llegué ayer cuando aún se veían humaredas del incendio de los pastos de un cerro vecino a la ciudad. Las últimas semanas estuve revisando archivos e informes sobre las dos provicnias que debo recorrer estos días. En ese trabajo me tropecè con Lahua Lahua. Un informe de Aprodeh de los años 90s revelaba que dicha localidad habria sido arrasada por el ejército en 1988, algo que no aparecìa en los registros de la CVR. Hoy he obtenido mayor información. Lahua Lahua habría sido quemada y su iglesia católica -llena de pintas senderistas según me cuentan- fue también destruida en un ataque que probablemente se hizo con helicópteros, quizás salidos de la base de Quiscapata, sobre la carretera que sube a Aymaraes. Poco antes habia ocurrido el ataque de Sendero Luminoso a Cotaruse, incendiando la municipalidad, asesinando gente, destruyendo otros bienes. ¿Fue la incursión del ejército a las alturas del distrito, donde se encuentra Lahua Lahua, una acción de represalia?
Tras esa acción del EP, aparentemente nadie hizo denuncia, atemorizados y abiertamente amenazados por los militares, permanecieron en silencio muchos años, hasta que se dió inicio al registro de víctimas, este año. Aún así, la mayoría de las personas carece de documentación que registre lo ocurrido aquellos años. Espero poder llegar a Lahua Lahua, y las vecinas localidades adonde también llegó el horror senderista y el terror de estado. Reunir los fragmentos, conjugar los relatos, acercar el tiempo disperso y confundido en tantas memorias individuales, es parte de la tarea. Pero la otra es contribuir en algo a hacerlos visibles, a que figuren de una buena vez en el relato nacional.

Tuesday, July 22, 2008

LAS RUINAS DE LA AGRUPACION DE AUTODEFENSA DE TRANCA, SOBRE EL VALLE DEL TOROBAMBA, EN LA MAR, AYACUCHO.
El mes de marzo estuve recorriendo varias comunidades de San Miguel y La Mar, en Ayacucho. Es una zona que en el pasado fue escenario de la guerra senderista y de la contrasubversión y resistencia de los comités de autodefensa.

Aunque hoy las distancias se han acortado con el avance de trochas y carreteras, varias comunidades todavía permanecen lejanas, sin servicios mínimos, menos con acceso carrozable. Entre las más cercanas a San Miguel, visité Santa Magdalena y Socos, Pampahuasi y Pampahuaylla. A pocos minutos de esa ciudad visité el pueblo de Patibamba. En las alturas del valle de Torobamba recorrí las comunidades de Allpacorral, Uras y Cochas, con sus anexos. Estuve en Anchihuay Sierra, las ruinas de la antigua aldea destruida por Sendero Luminoso en 1984, en sus anexos de Hatunpallcca, Totora, Putacca. Luego visité Chiquintirca, donde en 1923 un líder campesino se nombró así mismo presidente de la república, y en Anchihuay selva, formada con los emigrados por la guerra.

En casi todas se puede apreciar los restos de la guerra. Una arquitectura de ruinas de "aldeas estratégicas" o, como ellos las llaman, agrupaciones de autodefensa, se ven por varias partes. Esta es la más visible de todas. Se encuentra subiendo desde Ninabamba, se trata de Tranca, formada hacia 1984 y abandonada a mediados de la década pasada. Luego iré mostrando otras fotos. en la actualidad se ha vuelto al patrón de asentamiento disperso en las alturas, con poblaciones pequeñas que suelen ser sedes de comunidad o anexo, donde se encuentran la escuela y la iglesia, mayormente evangélica.
Salió Retablo nro. 21.
Va detalles del contenido de la revista de la Asociación SER

"Análisis Político: Paro en Ayacucho / Entrevista a Carlos Iván Degregori,Analista y ex Miembro de la CVR y a Eduardo Urbano Méndez, Presidente de laAsociación de Municipalidades del VRAE/ Las columnas de análisis de GermánVargas y Percy Rivas / Desarrollo rural: El 1015 y otros decretos, Legalpero Ilegítimo/ Agenda pendiente: Militares Norteamericanos en Ayacucho, Unapresencia polémica / Post CVR: Desenterrando la verdad / Historia: El poderlocal de Huamanga durante la independencia (1810-1835) / La región y suspersonajes: María Santafé, Madre Coraje."

http://www.ser.org.pe/components/com_remository/docs/CAT_REV_Retab_468.pdf

Hemos añadido un suplemento con el listado de las personas incritas en el Registro Unico de Víctimas en Ayacucho.

http://www.ser.org.pe/components/com_remository/docs/CAT_FOL_Suple_466.pdf

"Avance al 9 de julio 2008. El siguiente listado contiene los nombres de laspersonas que sufrieron diversas violaciones a los derechos humanos en Ayacucho y que ya han sido inscritas hasta la fecha en el RUV: Los inscritostienen derecho a las reparaciones del Estado, para el cado de las personasmuertas y desaparecidas, quienes tienen derecho alas reparaciones son susfamiliares directos (padres, hijos, cónyuge o conviviente)."


Un informe interesante en La república de fin de semana.

Diario La República - Online - Putis, 24 años después

Cierto que Putis es la mayor matanza perpetrada por el ejército, conocida hasta ahora. Pero no es la única. Estuve entre las ruinas de la antigua base militar de Huancapi hace unos tres años, y pude ver los restos humanos, prendas de vestir semienterradas, a poco de bajar por el barranco que señalaba un extremo de ése lugar.

La gente de Churcampa, Huancavelica, también me señaló el lugar donde saltaron restos humanos cuando un tractor movía la tierra adyacente a las ruinas de la antigua base militar, la misma que se instaló en el local del único colegio que había en el lugar en aquel entonces.

Hace un par de meses estuve en Cochas Baja, San Miguel, donde los pobladores me hicieron conocer el lugar donde están enterradas diez personas. Todas asesinadas por el ejército en su incursión de 1984.

La mentira con que se atrajo a la gente para luego asesinarla, la falsedad de la causa que declaraban los militares, son motivos que desacreditan los discursos de la democracia en lugares que tienen que esperar que se "descubran" estos horrores para ser miradas, atendidas, victimizadas a fin de cuentas, para atenuar en algo el impacto de un negacionismo vulnerado por la evidencia.

Wednesday, April 16, 2008

Los genocidios y masacres del siglo XX, reunidos en una enciclopedia 'online'
Investigadores y académicos pretenden estudiar y difundir los episodios más violentos como el genocidio de Ruanda o la revolución venezolana
La Vanguardia
15/04/2008 Actualizada a las 13:09h

París. (EFE).- La revolución venezolana del dictador Marcos Pérez Jiménez, el genocidio de Ruanda en 1994 o la violencia nazi en la Segunda Guerra Mundial, entre otros, engrosan la enciclopedia en línea creada por investigadores franceses para estudiar y difundir fenómenos de violencia masiva del siglo XX.
La Enciclopedia de Violencia Masiva no es una "wikipedia" de los genocidios, porque "no se basa en la participación espontánea de los internautas", sino que es un compendio de artículos elaborados por investigadores, académicos y doctorandos en la materia, lo que otorga fiabilidad al proyecto, indica su director, el historiador y politólogo Jacques Sémelin.Accesible en la red desde hace unos días, la enciclopedia (www.massviolence.org) documenta y clasifica, en inglés, el conocimiento histórico sobre los crímenes, organizado por continentes, países y épocas, al tiempo que ofrece descripciones y análisis.
Contiene índices cronológicos, estudios de casos concretos, contribuciones analíticas sobre violencia socio-política, un glosario de los términos más usados en estudios de genocidio así como análisis teóricos escritos por los autores más representativos en este ámbito.Algunos de los artículos están todavía por completar, una demora que responde, según sus autores, a los estrictos procedimientos científicos y académicos que siguen a la hora de elaborar los documentos, pero prometen su "inmediata" publicación.
Fruto de una iniciativa lanzada en 2004 por el Centro de Estudios e Investigaciones Internacionales de París (CERI) junto con otras instituciones francesas y alemanas, la herramienta no nace como un instrumento para escolares, sino que está destinada también a ONG, expertos en derecho internacional, politólogos y periodistas.
"Hemos querido convertir la enciclopedia en una web de referencia internacional para extender el conocimiento de la violencia masiva", subraya Sémelin.El responsable explica las dificultades con las que se encontraron a la hora de bautizar a la enciclopedia y acotar su información.
Descartaron incluir en su nombre las palabras "genocidio" y "masacre" porque a su juicio no designan todos los tipos de violencia de grupo, por lo que optaron por el de "violencia masiva". "Con 'violencia masiva' queremos referirnos al fenómeno humano de la destrucción colectiva" que se debe a causas "culturales, religiosas, sociales y políticas", añade Sémelin, que considera que el término se refiere a la violencia que sufre la población civil, "tanto en tiempo de guerra como de paz".No se encuentran en la enciclopedia los casos de "coerción o dominación racial, económica o política", porque "estas situaciones de violencia institucional, combinadas con formas significativas de violencia simbólica, no dan lugar necesariamente a asesinatos masivos", afirma el director del proyecto.
Para los responsables de la web, violencia masiva es el "proceso de destrucción generado por determinadas situaciones o por la dinámica de una guerra, y que conlleva asesinatos en grupo".
Una vez elegido el término, tuvieron que evaluar su umbral para precisar qué casos se recogerían en la enciclopedia, para lo cual, además de criterios cuantitativos, han tenido en cuenta otros de orden cualitativo, la situación de cada país y la sensibilidad contemporánea.
El resultado final ha sido estructurado a partir de una variable geográfica, que recorre por continentes o por países los genocidios y masacres de todo el mundo, así como los que afectaron a más de un territorio.
Pese a los cuatro años de trabajo invertidos, los autores de esta herramienta reconocen "deficiencias" en cuanto al contenido, por lo que se muestran abiertos a "sugerencias constructivas". Pretenden, también, traducir los textos de cada país a su lengua vernácula para, así, hacer de esta enciclopedia un "servicio público universal".
Online Encyclopedia of Mass Violence

Thursday, April 03, 2008

Cayó Jesús Sosa

Todavía busco un tiempo para escribir sobre el último viaje a La Mar, pero hoy la noticia es la captura de Jesús Sosa Saavedra, el asesino que a lo largo de su carrera como agente de inteligencia del ejército, práctico el homicidio de manera sistemática, siguiendo un patrón extendido en el ejército durante los años de la guerra sucia contra Sendero Luminoso.
Los medios resaltan su participación en Colina y olvidan extrañamente lo recapitulado por él mismo en el libro de Uceda. Por lo narrado ahí, sabemos que la carrera de asesino fue "institucional", empezó a matar con la convicción de no ser el único y de estar respaldado por su "ejército". En el libro de Uceda los militares siniestros y homicidas dominan la trama de una guerra que duró más de una década.
La actitud de Sosa es distinta de la de otros miliatres. Es quizás el único que reivindica su participación como asesino de "terroristas". Se asume como un soldado que cumplió con su deber, defendiendo así su responsabilidad asi como una autorepresentación de sí mismo, de alguien que, por decirlo así, no ha perdido la moral de combate que lo llevó a perpetrar crímenes, en cumplimiento del deber según señala.
Es un año excepcional en cuanto al destino de declarados asesinos como Telmo Hurtado., encarcelado en USA y probablemnte expatriado pronto. Hace poco he sabido de un amigo que hace su trabajo de campo en Huamanquiquia, que habría recibido versiones de campesinos que han reconocido a Hurtado como el perpetrador de otros crímenes en esos lugares. Esto me hizo pensar en la posible carrera homicida de este individuo, que no debe haber empezado esa mañana en que asesinó y ordenó asesinar a los campesinos de Accomarca. Como con Sosa y su carrera en Colina, esa carrera sólo encontró en los hechos emblemáticos que la prensa eleva todo el tiempo, el cenit de su barbarie y su desparpajo.

Saturday, January 19, 2008


Dos documentos fotográficos extraordinarios sobre el campo de concentración de Auchswitz. Este es un álbum que aparentemente pertenció al segundo de dicho lugar, http://www.adn.es/cultura/20070919/PGL-0009-Auschwitz-SS/.html. El otro es una colección que pertenecía a algun miembro de las SS, y que fue rescatado por una de las sobrevivientes, Lily Jacob, y que posteriormente doara a la fundación Yad Vashem http://www.ushmm.org/uia-cgi/uia_query/photos/key/auschwitzalbums/noframes?max_docs=all&page_len=25. Este último tienen una edición en español.


Como en My Lai y en tantos otros casos, los perpetradores han fotografiado o llevado a cabo algún tipo de registro propio de los eventos en los que tuvieron parte. ¿Sucedió algo análogo en el caso peruano?.

Friday, January 18, 2008



Una nota en Pagina12 sobre el Plan Condor en Perú a raíz de la inervención de los once dirigentes de izquierdas secuestrados por la dictadura de Morales Bermudez. La República también amplía información con un artículode Páez: http://www.larepublica.com.pe/content/view/199711/483/

El Cóndor voló en la dictadura, Página12
Nuevas pruebas complican al dictador Morales Bermúdez ante la Justicia italiana por violaciones de DD.HH

Por Carlos Noriega
Once líderes de la izquierda peruana anunciaron que denunciarán ante la Justicia italiana el rol de la dictadura peruana en el Plan Cóndor, contrariando las declaraciones del presidente Alan García en defensa del ex dictador Francisco Morales Bermúdez (1975-1980).

Los dirigentes peruanos, que fueron encarcelados y trasladados clandestinamente a la Argentina en 1978, confirmaron a Página/12 que preparan un escrito que presentarán ante el juzgado italiano que preside la magistrada Lussiana Figliola, quien pidió la extradición del dictador en el marco de una causa que investiga la cooperación de las dictaduras sudamericanas en los años setenta.
Los dirigentes acusan a Morales Bermúdez de haberlos entregado a la dictadura de Videla, que los tuvo detenidos cerca de un mes en Jujuy hasta que debió liberarlos ante la intervención de las Naciones Unidas. Según declararon a este diario, su detención habría sido una retribución por otro servicio realizado en el marco del Plan Cóndor, la desaparición en Lima en 1977 del dirigente montonero Carlos Maguid.

Hasta ahora la jueza Figliola ha admitido una imputación en contra del dictador peruano por el secuestro de Noemí Gianotti de Molfino, integrante de las Madres de Plaza de Mayo, ocurrido en Lima en junio de 1980. Gianotti de Molfino fue secuestrada junto con dos argentinos, actualmente desaparecidos en un operativo conjunto de los militares peruanos y argentinos. Un mes después de su detención Gianotti de Molfino apareció muerta en Madrid.

A pesar de las pruebas que vinculan a Morales Bermúdez con la Operación Cóndor, Alan García salió en defensa del dictador. “Perú no formó parte de la Operación Cóndor”, dijo el presidente peruano cuando se conoció el pedido de extradición.

Pero los dirigentes deportados clandestinamente por Morales Bermúdez dicen que su historia, la de Maguid y la de Gianotti de Molfino y sus compañeros demuestran lo contrario a lo que sostiene el presidente.

“Estamos comunicando al juzgado italiano nuestra disposición a declarar sobre nuestra deportación clandestina a la Argentina, que formó parte de la Operación Cóndor. También pondremos en conocimiento del juzgado italiano el caso de la desaparición de Carlos Maguid”, le señaló a Página/12 el dirigente de derechos humanos Javier Diez Canseco uno de los once peruanos encarcelados en Jujuy.

“De acuerdo con los tratados internacionales, si el juzgado que ve esta causa por el caso Gianotti de Molfino recibe nuevos elementos, como los que nosotros vamos a aportar, que vinculan a Morales Bermúdez con otros hechos de la Operación Cóndor, entonces debe ampliar el proceso para incluir esos casos nuevos. Por eso, esperamos que en el proceso contra Morales Bermúdez por el secuestro de Gianotti de Molfino se incluyan nuestro detención en Argentina y la desaparición de Maguid”, agregó el dirigente.

El 15 de abril de 1977 el argentino Carlos Maguid fue secuestrado en una céntrica avenida de Lima. Casado con Nélida Arrostito, hermana de la dirigente montonera Norma Esther Arrostito asesinada por la dictadura, Maguid había sido acusado de haber participado en el operativo de secuestro del dictador Pedro Aramburu. Se había exiliado en Perú, donde enseñaba sociología en la Universidad Católica, y en marzo de 1977 fue detenido por la policía peruana.

En esa ocasión compartió celda con Gustavo Espinoza, entonces secretario sindical del Partido Comunista Peruano. “Nos detuvieron porque se había anunciado una visita de Videla al Perú y el gobierno peruano quería evitar posibles protestas. Estuvimos presos cuatro o cinco días y nos dejaron libes. Un mes después Maguid fue secuestrado. En prisión me contó que la dictadura argentina lo perseguía. No se sabe si lo asesinaron en Lima o si se lo llevaron a la Argentina. Este caso nunca se investigó”, le señaló Espinoza a Página/12.

Un año después del secuestro de Maguid se produciría la detención y entrega al Ejército Argentino de los once dirigentes de la izquierda peruana, detenidos días antes de las elecciones para elegir una Asamblea Constituyente, convocada por los militares como el primer paso para abandonar el poder luego de masivas protestas sociales.
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Saturday, January 12, 2008

Pagina12, 12 de enero 2008
El drama de la historia

"Publicado en conjunto por El Cíclope Ediciones, La Intemperie y la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba, el libro recupera una polémica esencial sobre la relación entre violencia y política en la Argentina reciente. La revista cordobesa La intemperie publicó a fines de 2004 fragmentos de una entrevista a Héctor Jouvé, en la que el ex integrante del Ejército Guerrillero del Pueblo relataba el fusilamiento de dos miembros de la agrupación por sus propios compañeros, ocurrido en 1964, en Salta. Al número siguiente, se publicó una carta de Oscar del Barco: “No existe ningún ideal que justifique la muerte de un hombre”, escribió el filósofo, reclamando su responsabilidad sobre aquellas muertes, así como la de todos los que participaron, apoyaron o simpatizaron con el EGP, el ERP, la FAR o Montoneros.
La carta de Del Barco fue el origen de una larga serie de intervenciones en el debate, aparecidas durante los dos años siguientes en la misma revista y en otras publicaciones..."

Wednesday, January 09, 2008


REPORTAJE: VÍCTIMAS DE LA TORTURA
Patriotas de picana
JUAN JESÚS AZNÁREZ

Diario El País 06/01/2008

El juez Baltasar Garzón y el periodista Vicente Romero abordan en el libro 'El alma de los verdugos' el brutal desdoblamiento de los servidores de la dictadura militar argentina (1976-1983). Aquel terrorismo de Estado mató e hizo desaparecer a cerca de 30.000 personas
E l torturador Valentín Milton Pretti murió enloquecido y solo a los 68 años, poco antes de ser detenido por el secuestro de niños nacidos en las cárceles de la dictadura argentina (1976-1983). "Una de las últimas veces que hablamos empezó a contarme que había matado a un niño, y yo pensé que después de haberlo matado me habría acariciado a mí o a mis hermanos", declaró su hija Rita, de 37 años. Hace dos renunció al apellido paterno. "No soy la hija de un loco, sino la hija de un policía que fue formado por un Estado que es responsable de lo que ocurrió y que permitió que mi padre siguiera en libertad y que no haya pagado por lo que hizo".
“¡Levántate de mi cama, puta! ¿No sabés que yo maté a tu marido?”, gritó a su pareja el torturador Pernía
Los matarifes actuaron sin límites porque se creyeron cruzados de la civilización cristiana e instrumentos del Estado
La obediencia debida fue la gran coartada, pero los verdugos no violaban a las prisioneras cumpliendo órdenes
"Las víctimas no tienen que pedir justicia, tienen que exigir justicia", subraya el juez Baltasar Garzón
El juez Baltasar Garzón y el periodista Vicente Romero presentan el día 17 El alma de los verdugos (editorial RBA), un libro de 600 páginas sobre los servidores de una tiranía que asesinó a casi 30.000 personas en nombre de la civilización occidental y la moral cristiana. Reconfortados por los capellanes castrenses, pelotones de militares y policías machacaron a los subversivos marxistas en los potros de tortura de 340 Centros Clandestinos de Detención (CCD). El libro se adentra en ese abismo desde las reflexiones de los activistas de la justicia, el testimonio de las víctimas, y los relatos de jóvenes que creyeron ser hijos de los asesinos de sus padres: más de medio millar.
La impunidad de los verdugos durante aquel terrorismo de Estado fue absoluta. El capitán Héctor Vergez martirizó a Mercedes porque la encontró guapa y comunista. Tomó su cara, le apartó un mechón y, suavemente, le dijo: "Qué linda que estás, negrita. Lástima que vamos a meterte la 220 en la vagina". Le metieron la picana de 220 voltios, la herramienta estrella de un régimen que despedazó cuerpos y libertades. El gobernador de Buenos Aires, Ibérico Saint Jean, fue muy preciso: "Primero mataremos a los subversivos; después, a sus colaboradores; después, a sus simpatizantes; después, a los que permanezcan indiferentes, y finalmente, a los tímidos". Dicho y hecho.
Los generales del golpe del 24 de marzo de 1976, Jorge Rafael Videla (Ejército), Emilio Eduardo Massera (Marina) y Orlando Ramón Agosti (Fuerza Aérea), eliminaron en secreto para eludir la condena internacional. Llegaron a la conclusión de que "contra el Papa no se puede fusilar". Hicieron desaparecer a la mayoría de las víctimas: cerca de 4.000 fueron arrojadas vivas al mar o al río de la Plata desde aviones oficiales: vivas para que sus pulmones se llenasen de agua al respirar y así se hundieran los cuerpos. Si caían muertas, los pulmones permanecían con aire, y los cadáveres flotaban y, sobre todo, alertaban.
"¿Quiénes son esos tipos que mandan a sus hijos a un colegio, que se despiden de ellos por las mañanas con un beso, que fichan puntualmente en sus lugares de trabajo como funcionarios ejemplares y que finalmente bajan a un sótano a arrancarle las uñas a un detenido político con unas tenacillas?". Garzón contesta la interrogante de Romero en las primeras páginas del libro. "La mentalidad de los verdugos ha sido siempre la misma. Matan por obligación, matan y torturan por costumbre, por cumplir órdenes (...) No asumen la existencia de su actividad con carácter abierto, y ahí aparece el primer síntoma de su cobardía: tienen que ejercer su función en la clandestinidad. Y actuaban por las noches con nocturnidad y miedo. Porque al fin y al cabo se comportaban como delincuentes". El turco Julián Simón era uno de ellos: vertía agua salada sobre las heridas de los presos tras azotarlos con cadenas. "No estoy arrepentido. Luchaba por mi patria y por mi fe", alardeó, hace años, en dos entrevistas por televisión.
El horror fue variado. Castigaron los cuerpos y los sentimientos. Oficiales y suboficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde murieron unos 4.500 presos, salían a cenar en restaurantes céntricos con las detenidas más atractivas de la izquierda peronista y la guerrilla montonera, a las que torturaban de día, y vestían y perfumaban de noche. "Ponte bonita", les decían. A veces terminaban en la discoteca porteña Mau-Mau. Víctimas y victimarios llegaron a formar pareja, hubo presas que recibían cartas de amor de sus carceleros y otras se encamaron con los patriotas de la picana para salvar la vida o reducir el voltaje de las descargas.
Manu Actis fue una de las comensales de las cenas con el enemigo.
-El mismo tipo que me había torturado fue el que decidió sacarme junto con otro grupo de detenidas (...) Yo temblaba. Temblaba de pies a cabeza porque mi idea era que me venían a buscar para matarme. ¿Cómo me podía imaginar que me iban a sacar para cenar?
Encapuchada, fue trasladada a la cita en un coche, que aparcó junto a un restaurante de Buenos Aires. Cuando le quitaron la capucha, se encontró en una mesa con otras diez personas que no conocía. Se hablaba de fútbol a de cualquier otra cosa.
-Recuerdo que me dieron el menú para que yo eligiera. Eran las dos de la madrugada y yo ya había cenado en la ESMA. Así que dije: "No, yo ya cené". Y el q ue estaba a mi lado, Scheller (capitán Raúl Enrique Scheller), al que adentro le llamábamos Mariano, me dijo: "Vos vas a comer todo lo que yo te diga". Y entonces pidió de lo que quiso dos platos.
Garzón descarta que los verdugos fueran enfermos mentales o que pudiera considerárseles como tales porque eran perfectamente conscientes de lo que hacían. Pero cuando un verdugo se sabe con poder de decisión sobre la vida o la muerte de sus víctimas y puede disponer de ellas sin límite alguno, resulta imposible saber hasta dónde puede llegar en su degeneración como ser humano, según precisa el magistrado. El psicoanalista Sergio Rodríguez, entrevistado por los autores de El alma del verdugo, relató los amores entre el capitán Antonío Pernía, torturador, y la dirigente montonera Mercedes Inés Carazo, conocida como Lucy o Cuqui.
"Cuqui había sido tomada prisionera en el hospital italiano. Tenía una pastilla de cianuro y se la tomó, pero la llevaron al quirófano y lograron impedir que le hiciera efecto. Luego la torturaron brutalmente en la ESMA durante tres meses sin que aflojara. Pernía la cortejaba todo el tiempo, pero ella no le daba bolilla. Entonces localizaron al marido de Cuqui [Marcelo Kurlat, El Monra] donde vivía con su hija, y hubo un tiroteo. Pernía habló con un altoparlante [altavoz] y se ofreció a entrar desarmado en la casa para sacar a la niña, prometiendo entregársela a la madre. El Monra aceptó. Pararon el tiroteo y sacaron a la nena mientras él apuntaba a Pernía con una pistola en la frente. Después siguió el tiroteo y le pegaron un balazo mortal. Lo llevaron a la ESMA y llamaron a Cuqui, que lo agarró en sus brazos mientras moría. Desde atrás, Pernía le dijo: 'Quédate tranquila, Lucita, que a tu nena la hemos recuperado viva'. Las últimas palabras de El Monra fueron: '¿Desde cuándo te dice Lucita ese hijo de mil putas?'. El Monra murió creyendo que tenía algo que ver con él".
Pernía se divorció para casarse con la montonera. El libro de Miguel Bonasso En recuerdo de la muerte describe una escena reveladora. Quebrada psicológicamente, la guerrillera comentó su dilema a un compañero de celda:
-Vos sabés lo mío y lo de Antonio, ¿verdad? Es horrible... pero le quiero. Él a veces me mira y me dice: '¿Cómo me podés querer si soy una mierda? Soy una bestia asesina'. Una vez estábamos acostados, fumando, y me gritó: '¡Levántate de mi cama, puta! ¿No sabés que yo maté a tu marido?'. Pero le quiero. Aunque me diga esas cosas, lo sigo queriendo. No sé por qué. Tal vez porque me devolvió a mi hija".
Según el psicoanalista Sergio Rodríguez, el caso demuestra "la ensalada que somos los seres humanos". Carazo se sumió en un trance místico, marchó a Perú y allí sigue, probablemente atribulada por la memoria. Una psicóloga contó a este diario que un día se presentó en su casa de Buenos Aires una buena amiga, activista contra la dictadura, acompañada por su novio, que había sido su torturador. "Me dio asco, casi la echo". Las atrocidades y el asco vienen recogidos en el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), emitido el 20 de septiembre de 1984, que documentó la desaparición forzosa de 8.960 personas. "Ese pajarito no va a volar más", se burlaba el oficial de fragata Jorge Tigre Acosta, después de pinzar los genitales de los hombres hasta el destrozo funcional.
Los libros con el testimonio de las víctimas abundan, pero apenas existe bibliografía sobre el perfil de sus verdugos, sumamente crueles, desprovistos de humanidad: uno mató a patadas a Luis Pérez, delegado de un banco japonés en Buenos Aires, porque se quejaba de una costilla rota. Garzón y Romero sintieron la necesidad de conocer la mentalidad de esos criminales. Lo hacen desde diferentes ángulos en un libro de 627 páginas. Varios capítulos informan sobre el robo de niños. Los funcionarios de la tortura efectuaban una selección de las presas embarazadas, a las que fortalecían hasta el parto con más comida y vitaminas. "Después se llevaban a los hijos, como se hace con los perros", según María Victoria Moyano, cuyos padres figuran en la lista de desaparecidos. María Elena Mouriño fue querida de verdad por su madre apropiadora. "¿Tú te sentiste querida como una hija?". "Sí. Totalmente", responde a Vicente Romero. "Te digo más: estoy segura de que me quería más que a su hijo biológico".
La historia de Carla es más dura. La secuestró, previo asesinato de sus padres, Alfredo Rufo, ex miembro de la Triple A durante el Gobierno de Isabelita Perón (1974-1976), sicario de los generales golpistas. Desde los cinco años abusó sexualmente de ella.
-Y lo terrible, según su abuela Sacha, "es que la mujer de Rufo lo sabía. Incluso era ella, la supuesta madre, quien le daba las palizas más grandes (...) Conocía perfectamente los abusos de su maridito sobre la niña. Tuvo una relación de odio y de celos con la nena. Porque Carlita ya tenía un cuerpecito más o menos formado. Era una chica altita, grande. Y ella sentiría envidia. Además era una mujer que tenía problemas ginecológicos que no sólo le impedían parir hijos, sino que vete a saber si podía mantener relaciones felices con su marido o no, y tal vez por eso permitía que las tuviera con la niña. Carla no objetaría un careo con el pederasta torturador. "Yo creo que no me tiraría al cuello, ni nada por el estilo. Tengo suficiente sangre fría para mirarlo a la cara y decirle: 'Estamos los dos solos: ¿me podrías contar qué has hecho con mi madre?".
Paula Logares, de 30 años, empleada en el Archivo Nacional de la Memoria, sabe que mataron a la suya gracias a las Abuelas de Plaza de Mayo. Un suboficial de la policía, cuya esposa no podía tener hijos, se la llevó a casa. Tenía 23 meses.
-¿Cómo era tu vida con esas dos personas que se habían apropiado de ti, Paula? -le preguntó Baltasar Garzón.
-Yo creo que, a la vista de la gente, no era diferente de la de cualquier otra familia. Aparentemente no había nada extraño. A él [al policía apropiador] le pregunté qué había hecho con mis padres. Primero dudó, hizo como que no sabía y después respondió: "No, yo no fui". A ella le pregunté por qué me había mentido durante tanto tiempo, y se puso a llorar.
Los matarifes actuaron sin límites porque se creyeron cruzados de la civilización cristiana, salvadores de la patria e instrumentos de la razón de Estado. Cabalgaron sobre el discurso de los principales ideólogos del golpe del 76: el Ejército, el poder económico y la Iglesia católica. Los cuartos de banderas y regimientos fueron inoculados con el virus de la depuración: la guerra contra la subversión sería justa y necesariamente sangrienta. El plan consistió en tomar prisioneros, militantes de la guerrilla, cómplices, simpatizantes, amigos personales o simplemente quienes figurasen en las agendas de direcciones de los sospechosos detenidos, según las conclusiones de Julio César Strassera, fiscal en el juicio de 1985 a las Juntas Militares. La fase siguiente fue "obtener información sometiéndolos a torturas, y finalmente, hacerlos desaparecer en la mayoría de los casos".
El modelo aprendió de las doctrinas contra la subversión aplicadas por militares franceses durante la guerra de Argelia y de las teorías impartidas en la Escuela de las Américas de Panamá, organizada por EE UU durante la guerra fría. Los verdugos poseyeron el poder de la vida y de la muerte, "como si pensaran que eran Dios", recordó Andrea Bello, detenida durante ocho meses en la ESMA.
Andrea había cumplido 19 años, pero aparentaba 13: las esposas se le salían por las muñecas, puro hueso. "Los vi entrar a torturar y después salir con una tranquilidad pasmosa para seguir charlando o haciendo otra cosa como si nada hubiera pasado. Era tremendo estar escuchando lo que le hacían a algún compañero, y verlos más tarde sonriendo imperturbables".
En democracia, a partir del 83, pocos verdugos sonrieron. No lo hizo el ex capitán de fragata argentino Alfredo Astiz cuando Alfredo Chávez, un sobreviviente del cadalso El Vesubio, le rompió a puñetazos la nariz y una prótesis dental.
-¿Vos sos Astiz? -le preguntó antes, al reconocerle en la calle.
-Sí. ¿Y vos quién sos?
-No importa. Vos sos un reverendo asesino hijo de puta. Un asesino de adolescentes.
"No le pegué de entrada. Le di tiempo preguntándole el nombre. Le di la oportunidad que él no le dio a Dagmar Hagelin", explicó Chávez a la prensa hace diez años. La mujer que acompañaba a Astiz gritaba: "¡Paren a este loco de mierda!". No lo logró. "¡El hijo de puta que tenés al lado mataba muchachitos por la espalda", le espetó Chávez, después de molerle a golpes. Astiz fue condenado en rebeldía a cadena perpetua por un tribunal francés, en diciembre de 1990, al haber sido encontrado culpable del asesinato de las monjas Alice Domon y Leonie Duquet. La justicia sueca lo persiguió por la muerte a tiros de Dagmar Hagelin, de 15 años, a quien supuestamente confundió con otra.
Baltasar Garzón reconoció a EL PAÍS que aprendió mucho durante la investigación de los crímenes. "Las reclamaciones de las víctimas de la dictadura argentina y chilena, con sus testimonios, pidiendo justicia fueron una gran lección para mí. Me vi como anonadado. No tienen que pedir justicia, tienen que exigir justicia. Nosotros estamos obligados a hacer todos los esfuerzos en Argentina, en Chile, en Guatemala... Ésa es la justicia universal". El juez no participó en las entrevistas con personas implicadas en procesos incoados por la Audiencia Nacional o que hubieran declarado ante él, pero el teniente de navío Adolfo Scilingo lo contó todo a quien quiso escucharle. Condenado el pasado julio en España a 1.084 años de cárcel por su participación en 255 detenciones ilegales, cumple condena tras haber reconocido su participación en los llamados vuelos de la muerte. Ante el juez ratificó varias entrevistas periodísticas. Una de ellas fue con Vicente Romero.
"El médico le dio una poderosa dosis final de somnífero a cada uno, con lo cual quedaron totalmente dormidos y procedimos a desvestirlos. Entonces se le produjo un estado de shock al cabo, que era un chico de unos veinte años, y se puso a llorar porque se dio cuenta... Evidentemente, si usted tiene 13 personas y las está desvistiendo, es para algo. Yo tuve que calmarlo y se fue a la cabina del avión. A mí se me quedaron grabadas dos chicas muy jovencitas. Tendrían unos diecinueve años. En un determinado momento, el suboficial abrió la compuerta trasera (...) Y a partir de ahí fuimos arrojando al vacío, una por una, a las personas esas".
Scilingo se ahogaba en alcohol después de los vuelos: "Mi vida cambió totalmente". También cambió la existencia de los torturadores. No pocos se suicidaron, otros buscaron refugio en la religión o la bebida, hubo quienes fueron internados en manicomios, y la mayoría, al drenar en casa los recuerdos, convirtió en pesadillas las relaciones conyugales y familiares. El pasado 11 de diciembre, Héctor Antonio Febres, alias Selva por su ferocidad en el tormento, se tragó una pastilla de cianuro. Murió, en una celda, cuatro días antes de que un tribunal lo condenara por 300 crímenes de lesa humanidad.
Scilingo trataba de no pensar en los asesinatos. Al fin y al cabo, sólo cumplía órdenes, se decía. La obediencia debida fue la gran coartada. "Pero los verdugos no violaban a las prisioneras cumpliendo órdenes. Ningún hombre puede tener una erección porque se lo mande un superior", subrayó Nilda Roy, desaparecida durante 11 meses. Estudiante de medicina, tenía 19 años cuando la detuvieron. Los dos meses de hambre y torturas en la comisaría de Avellaneda la consumieron. El comisario del centro policial al que fue trasladada después pidió una báscula nada más verla llegar: pesaba 29 kilos.
"Me sacaban de mi celda, me llevaban a la sala de interrogatorio y me volvían a torturar sin preguntarme nada, sólo para que gritara. Yo le servía para producir gritos femeninos, para demostrar que estaban atormentando a una mujer. Algunas veces pude avisar más tarde a los compañeros de cautiverio que quien había gritado era yo, no su mujer o su hija, y tranquilizarlos (...) y eso de ser la única mujer era para todo. Me habían trasladado al primer calabozo para tenerme a mano. Y allí... no importaba. Podía ser utilizada por todos, desde el cabo de guardia hasta los oficiales. Era una cosa que usaban, que estaba tirada en el piso, ya fuera para una violación completa o para masturbarse".
Durante los años setenta, cuando la extrema derecha y la extrema izquierda atemorizaron a los argentinos, el joven Walter Dockers militaba en el clandestino Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), comunista de tendencia trotskista, cuyo brazo armado era el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). También fue torturado. "Creo que los torturadores son gente con algún problema mental y que se sentían semidioses, en posesión de un poder de decisión sobre la vida y la muerte que no les permitía pensar ni plantearse cosas que los hubieran hecho flaquear", dice Dockers en el libro del juez y el periodista. "La mayor parte de los verdugos están en libertad. Y durante 30 años, beneficiados por la impunidad, parecen haberse relacionado de forma normal con sus familiares, amigos y vecinos. ¿Cómo se puede vivir con normalidad después de haber cometido tantas atrocidades?".
Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final del Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) y los indultos de Carlos Menem (1989-1999) permitieron que el grueso de los verdugos siguiera trabajando en las Fuerzas Armadas, en la policía, en ministerios o en agencias de seguridad. El ex capitán de corbeta Ricardo Cavallo optó por el mundo de los negocios. En el año 1999, su empresa ganó en concurso la dirección del Registro Nacional de Vehículos (Renave) de México. Pero sus víctimas en la ESMA le reconocieron y fue detenido al año siguiente. Garzón pidió su extradición. Cavallo permanece en prisión en España desde que el 29 de junio de 2003 fuera extraditado por México, donde fue detenido en agosto de 2000 tras ser reconocido por varias de sus víctimas.
¿Cuándo se produce la disociación de los verdugos? ¿En qué momento un responsable padre de familia, y afable vecino, se transforma en un represor, en un secuestrador, en un torturador, en un asesino? El médico pediatra Norberto Liwski, a quien martirizaban haciéndole creer que estaban torturando a sus dos hijas pequeñas enseñándole su ropa interior, mojada y manchada, lo explica así: "Lo que marca el comportamiento de estos individuos, autores de crímenes de lesa humanidad, es cuando la sociedad y las instituciones establecen una plataforma de legitimación de su comportamiento, e incluso mecanismos que les dan pátinas de responsabilidad". Al amparo de las instituciones golpistas y del silencio de la sociedad, más cobarde que ignorante, los patriotas de la picana exhibieron un desdoblamiento de personalidad que aún espanta.