Friday, October 10, 2008

Hoy en la Columna de Mirko Lauer del diario La República:

Columnistas

Fragmentos de un catálogo fotográfico sobre la masacre de Putis
[Muestra de fotografías de Domingo Giribaldi, curada por Alberto Huarcaya, en el Centro de la Imagen, desde el próximo cuatro de noviembre]

José Pablo Baráybar
Los vivos, los que están, los que no se fueron, los recuerdan y los mantienen en este lado del mundo, el mundo de todos los días. Los piensan, les hablan, les cuentan sus penas; la de la madre angustiada por no saber, la del hermano menor que no tuvo al mayor para defenderlo, la de la hermana a la que nunca pudo cuidar ni celar. Entre ellos se entienden, murmuran cosas jamás escuchadas, códigos desconocidos para nosotros. Acarician sus ropas, las que algún día hicieron, lavaron y plancharon. Sus hilos les susurran cosas al oído, las hebras, la trama, la urdimbre, los puntos y las costuras. Sus colores son siempre intensos, ni el invierno implacable ha podido reducirlos a manchas de tierra. Los vivos, los que están, traen a sus desaparecidos de regreso, a una sala, a un patio de escuela, a una plaza, a un pedazo de puna gélida.

Víctor Vich
Las ropas han salido a la luz pero ¿qué es lo que continúa oculto? Los pobladores de Putis siguen siendo víctimas del desinterés nacional… ¿Tenemos los peruanos la capacidad de sentirnos interpelados y de cambiar nuestros puntos de vista? ¿Existe en el Perú la voluntad de asumir lo peor de nosotros mismos –lo más degradado de nuestras instituciones– y de reconfigurarnos como comunidad nacional? Cada vez que un nuevo presidente de la república, un nuevo ministro de defensa o cualquier líder político insiste en negar lo sucedido, los muertos del conflicto armado, los fusilados de Putis, vuelven a morir nuevamente.

Kimberly Theidon
Cuando los forenses exhuman las fosas en Putis, es también el Estado Peruano lo que exhuman. Al recuperar los restos, existe también la posibilidad de recuperar el Estado Peruano después de tantos años de indiferencia ante la gente más marginalizada del país. Existe esta posibilidad en cuanto el Estado finalmente acepte que las Fuerzas Armadas cometieron algo más que "excesos y errores" durante la lucha contrainsurgente: un pequeño zapato los acusa.
Al abrir las fosas en el campo ayacuchano el Estado debería abrir su propia investigación sobre los militares responsables de esos delitos: hacerlo sería un paso más en el largo proceso de democratizar la democracia peruana. Y también sería una respuesta a los muchos campesinos y campesinas quienes todavía están esperando "un poco de justicia". Durante la Audiencia Pública de la CVR en Huanta, Abraham Fernández, de Chaka, concluyó su testimonio con estas palabras: "Tal vez dentro de una generación nuestros hijos serán peruanos".

Mirko Lauer
Holocausto peruano. En las fotos la masacre continúa. Apela a nuestros sentidos de la justicia y de la compasión. Las fotos aportan el contexto humano del cual la sociedad ha privado a las víctimas: los asesinos no se reconocen en su propia obra, los conciudadanos no tenemos capacidad suficiente de reconocernos en ese espejo cercano que son las víctimas, quienes podrían hacer algo están paralizados por la idea de que no pueden hacer nada. Así, sin abrazo humano que la restañe, la masacre de los muertos no puede sino prolongarse en la masacre de los vivos. Las fotos buscan que el testimonio de lo sucedido no se apague en la voluntad de nuestros corazones, que se detenga en cambio el proceso de indiferencia con que solemos responder a aquello que pensamos inevitable.
Ver columna en: http://www.larepublica.com.pe/content/view/249052/559/

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