Un informe interesante en La república de fin de semana.
Diario La República - Online - Putis, 24 años después
Cierto que Putis es la mayor matanza perpetrada por el ejército, conocida hasta ahora. Pero no es la única. Estuve entre las ruinas de la antigua base militar de Huancapi hace unos tres años, y pude ver los restos humanos, prendas de vestir semienterradas, a poco de bajar por el barranco que señalaba un extremo de ése lugar.
La gente de Churcampa, Huancavelica, también me señaló el lugar donde saltaron restos humanos cuando un tractor movía la tierra adyacente a las ruinas de la antigua base militar, la misma que se instaló en el local del único colegio que había en el lugar en aquel entonces.
Hace un par de meses estuve en Cochas Baja, San Miguel, donde los pobladores me hicieron conocer el lugar donde están enterradas diez personas. Todas asesinadas por el ejército en su incursión de 1984.
La mentira con que se atrajo a la gente para luego asesinarla, la falsedad de la causa que declaraban los militares, son motivos que desacreditan los discursos de la democracia en lugares que tienen que esperar que se "descubran" estos horrores para ser miradas, atendidas, victimizadas a fin de cuentas, para atenuar en algo el impacto de un negacionismo vulnerado por la evidencia.
Diario La República - Online - Putis, 24 años después
Cierto que Putis es la mayor matanza perpetrada por el ejército, conocida hasta ahora. Pero no es la única. Estuve entre las ruinas de la antigua base militar de Huancapi hace unos tres años, y pude ver los restos humanos, prendas de vestir semienterradas, a poco de bajar por el barranco que señalaba un extremo de ése lugar.
La gente de Churcampa, Huancavelica, también me señaló el lugar donde saltaron restos humanos cuando un tractor movía la tierra adyacente a las ruinas de la antigua base militar, la misma que se instaló en el local del único colegio que había en el lugar en aquel entonces.
Hace un par de meses estuve en Cochas Baja, San Miguel, donde los pobladores me hicieron conocer el lugar donde están enterradas diez personas. Todas asesinadas por el ejército en su incursión de 1984.
La mentira con que se atrajo a la gente para luego asesinarla, la falsedad de la causa que declaraban los militares, son motivos que desacreditan los discursos de la democracia en lugares que tienen que esperar que se "descubran" estos horrores para ser miradas, atendidas, victimizadas a fin de cuentas, para atenuar en algo el impacto de un negacionismo vulnerado por la evidencia.
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